Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 24 de junio de 2025


Dos segundos después, la confusión era indescriptible: chocaban las lanzas contra las bayonetas, y gritos de rabia respondían a las imprecaciones; a la sombra de la gran encina, por la que se filtraban algunos rayos de luz débil, no se veía mas que caballos encabritados, con las crines erizadas, tratando de saltar el muro del prado, y, por debajo, las figuras bárbaras de los cosacos, con los ojos relucientes, el brazo en alto, descargando tajos con furor, avanzando, retrocediendo y lanzando gritos tan espantosos que ponían los cabellos de punta.

Don Benito procuraba, sin embargo, inútilmente, abrir temas de conversación, pero todo era en vano, la tentativa no prendía. Mi tía Medea volvía a sus imprecaciones, lanzaba un reto furibundo a sus rivales, las apostrofaba en mil formas y levantando el puño cerrado, les juraba venganza como una pitonisa poseída por la cólera divina. Terminábamos la comida e iban a servir el café.

Los gritos, las imprecaciones, las órdenes de los jefes, las lamentaciones de los aldeanos, el rumor sordo, continuo, de pasos que se elevaba del puente de Framont, el relinchar penetrante de los caballos heridos, todo aquello subía como un zumbido confuso hasta los parapetos. En la ladera sólo se veían armas, chacós y muertos; en una palabra, los residuos de una gran derrota.

Clara miraba al viejo con la indiferencia propia de la costumbre, y al mismo tiempo miraba á su protector como si se avergonzara de la extrañeza que le causaban las palabras del viejo. El militar, poco cuidadoso al fin de las imprecaciones del realista, comenzó á sentir interés hacia aquella pobrecilla, que, sin saber por qué, le inspiró mucha lástima desde el principio.

Celso soltó una carcajada y tomando en la mano el palo de Bartolo lo examinó con curiosidad unos instantes. ¡Lindo palo, en verdad! Bien pintado; bien trabajado. Si Firmo le echa la vista encima, milagro será que no lo pruebe sobre tus espaldas. Con esto se encrespó de nuevo Bartolo y comenzó á vociferar tantas imprecaciones y bravatas, que su primo Quino se impacientó al cabo.

Lanzó muchas imprecaciones contra aquel retardo que lo relegaba a la cola de la cacería en el momento del triunfo. Enceguecido por la desesperación, saltó temerariamente los cercos, y estaba a punto de reunirse a la traílla cuando ocurrió el accidente fatal.

Don Juan I.º tambien puso la mano en dar providencias para cortar el vuelo á la demasiada libertad que en sus tierras tenian los judíos; i á mas de confirmar las determinaciones de sus antecesores contra ellos en las Córtes de Soria i de Briviesca, ordenó en las de Valladolid, celebradas en 1388, que en los libros del Talmud se borrasen ciertas imprecaciones, conjuros, blasfemias i maldiciones contra los cristianos i contra la fe de Cristo i que fuesen castigados con todo rigor cuantos las profirieran.

En resumen, reclamo el derecho de creer en la ceguera de nuestros compatriotas en general y de los jueces en particular y siento, en principio, la posibilidad del error judicial!... La concurrencia prorrumpió en voces tumultuosas, se elevó un concierto de imprecaciones y algunas de aquellas señoras empezaron á golpear los vasos con la hoja de los cuchillos.

Algunos civiles de caballería, con el sable desenvainado, caracoleaban para dejar libre el tránsito, atropellando a veces a la gente, que dejaba escapar sordas imprecaciones contra la fuerza pública.

Tampoco fueron bastantes á aplacar su ira los ruegos de su hermano D. Pedro de Acuña, conde de Buendia, quien le protestaba no se irritase tan terriblemente, que tal vez una fraguada noticia, como podia ser, fuera el motivo del ludibrio y las imprecaciones que dirigia sin distincion de parientes y amigos.

Palabra del Dia

ayudantes

Otros Mirando