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Actualizado: 6 de mayo de 2025
La vid, la zarza trepadora y la madreselva, apenas cubrían entre las tres toda la extensión de la tapia, erizada de vidrios rotos en su parte superior, que servía de baluarte inexpugnable contra zorras y chicuelos. A esto se reducía el paisaje, amén del inmenso y siempre hermoso cielo, tan espléndido de día, como imponente y misterioso de noche.
Con gran pesadumbre comprendía el devoto anticuario que el contraste del lugar sagrado con las insinuaciones talares de la Fandiño, en vez de apagar sus fuegos interiores, era alimento de la combustión que deploraba, como si a una hoguera la echasen petróleo.... Entraron en la capilla del Panteón. Era ancha, obscura, fría, de tosca fábrica, pero de majestuosa e imponente sencillez.
Erguido como siempre, grave, imponente, hablando apenas; pero adelgazaba, se hundían los fieros ojos, sólo quedaba de él el macizo esqueleto, marcábanse en aquel cuello, que antes parecía la cerviz de un toro, los tendones y arterias entre la piel colgante y flácida, y los arrogantes mostachos, cada vez más blancos, caían con desmayo como una bandera rota.
También ella parecía una estatua de la soberbia y de la intolerancia: una estatua hermosísima. Sus compañeras, los catequistas, el escaso público esparcido por la nave la oían con asombro, sin pensar en lo que decía, sino en la belleza de su cuerpo y en el tono imponente de su voz metálica.
"Haz esto," dijo el espectro del Sr. Inspector Pue con un movimiento de cabeza que parecía tan imponente como su imperecedera peluca, "haz esto, y el lucro será todo tuyo. Pronto lo necesitarás, pues estos tiempos no son como los míos en que los empleos eran vitalicios, y á veces hereditarios.
Ni yo tampoco... Porr supuesto, que lo mejorr que ha podido sucederr es lo que ha sucedido; porrque si mi sobrina Villasis llega a serr presidenta, quedaban rreducidas las obrras de la Asociación a novenas y triduos de rrogativas, y a limosnitas rrecogidas porr las socias a la puerrta de las iglesias... Y ni aun esto siquierra, porque yo mismo la he oído decirr, yo, yo mismo y el tío Frasquito, con ademán imponente, se tiraba de una oreja , que es un escándalo, una profanación poneer rreclamos de niñas bonitas a la puerrta de las iglesias. ¡Vaya usted a verr qué modo de entenderr las cosas!... Perro, en fin, los pobrecitos herridos no se quedarrán sin socorrro, y lo que la perrfecta viuda les quita porr un lado, se lo proporrcionarrá porr otro la pícarra Samarritana.
El viejo cayó desfallecido de nuevo y el silencio inmenso e imponente de la noche volvió a reinar con su paz profunda y aterradora. En aquella situación, el reloj del Cabildo dio las tres de la mañana y el eco sordo de la campana se difundió por la ciudad dormida.
No es una majestad ingénua, bíblica, inocente; no es esa majestad sencilla y candorosa que saca su encanto del espíritu; no es una majestad cristiana; es una majestad poderosa, esplendente, fantástica, agorera; una majestad que saca su encanto de la forma; una majestad del arte pagano; pero indudablemente estas formas tienen algo imponente, majestuoso y grande.
Quisiera leer en tu pensamiento, Reinita. ¿Amas a alguien? ¿A Pablo? Te juro, que no díjele, zafándome de su caricia, no quiero a nadie, y cuando quiera, lo sabrás en seguida. Si la muerte no fuese una cosa tan imponente, estoy segura de que en aquel momento me hubiera dejado matar antes que declarar mi amor por un hombre que amaba a otra y mucho más siendo ésta prima mía.
Se produce una gran emoción. Al griterío de hace un segundo sucede un silencio imponente. Estamos como en el circo, cuando para la música y se avecina el ejercicio peligroso. El empleado comienza a echar las cartas, y el encarnado saca dos. ¿Otra vez dos? ¡Malo! ¡Malo...! Ahora quiebra la racha... Y, en efecto, quiebra la racha. El negro gana.
Palabra del Dia
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