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Actualizado: 12 de mayo de 2025
Es una una pobre... murmuraba . Es una una pobre, y no lo haría aunque le diesen.... ¿Y el otro? siguió la implacable Comadreja que estaba ya resuelta a vaciar el saco . ¿Y el amigote, el de los bigotazos, que parece que habla dentro de una olla? ¿El que le llaman Borrén? Ese, ese.... Un baboso con todas; a todas nos dice algo, y el caso es que con ninguna, chicas. Podéis creerme: ni esto.
Aquí desaparece el discreteo; aquí se disputa, como en la balaustrada de Verona, sobre si es la alondra ó el ruiseñor el que canta; aquí el éxtasis habla por los dos amantes, mientras que el implacable reloj les va notificando cada hora que transcurre: ¡horas mermadas por la eternidad á su juventud y á su dicha; horas que pueden ser las últimas de sus plácidos coloquios, si la oposición paterna prevalece y la niña se casa con el rico, á pesar de tutear al estudiante; horas descontadas á la esperanza, deudora inmortal del corazón humano, al cual nunca le paga lo que le debe, pero que en cambio es siempre confiada prestamista de los más locos deseos!
La estancia era una inmensa sala destartalada. Paco Gómez habitaba el palacio de un marqués que jamás había puesto los pies en Lancia, del cual su padre era mayordomo. El implacable bromista presidía vigilante y solícito los trabajos de sus compañeros, acudiendo a todas partes, saliendo a cada momento para dar órdenes a los criados o para recibir los mensajes que le enviaban.
Tenían un aspecto grave, duro, austero, implacable. Empujaron repetidas veces á Desnoyers como si no le viesen. Parecían monjas, pero con revólver debajo del hábito. A mediodía empezaron á llegar otros automóviles, atraídos por la enorme bandera blanca con una cruz roja que había empezado á ondear en lo alto del castillo.
Sí, señor, sí respondió la señorita Margarita, riendo siempre con la implacable tranquilidad de una mujer; ¡es un triunfo, un magnífico triunfo! ¡Sea enhorabuena! Cuando recobró un poco su seriedad, me interrogó sobre los medios de recobrar la zozobrada barca, que entre paréntesis, es la mejor de nuestra flotilla.
»Y el hijo, el hermoso hijo que el amor de Amparo te había dado, privado de la ternura de su madre, murió también... »Y tú enloqueciste. »Y como Caín el maldito, fuiste separado de tus hermanos.» Si esto ha sido verdad... ¡Oh Dios mío! tu justicia ha sido severa; severa e implacable.
Hoy, imposible. Venga usted mañana. Y al día siguiente: ¿Está? Sí; pero muy ocupado. Pásese usted por aquí más tarde. Y después: ¿El señor?... Se ha ido enfermo. ¡Cómo ha de ser! Volveré mañana. Y la persecución continúa sañuda, implacable, hasta que el señor X..., vencido, obsesionado, lee la comedia.
Los ministros del altar se detenían en medio de la calle para dirigirla palabras de exhortación, que atraían una multitud implacable alrededor de la pobre pecadora. Si entraba en la iglesia los domingos, confiada en la misericordia del Padre Universal, era con frecuencia, por su mala suerte, para verse convertida en el tema del sermón.
Perdió aquel refugio de sus horas desocupadas que eran muchas, y anduvo como alma en pena vagando de café en café hasta que al cabo de algunos años tropezó con don Santos Barinaga en el Restaurant y café de la Paz, donde todas las noches el enemigo implacable del Magistral se preparaba a mal morir bebiendo un cognac con honores de espíritu de vino. Entablaron amistad que llegó a ser íntima.
Dos valientes escuderos he perdido ya y me pregunto por qué la implacable suerte arrebata de mi lado á esos jóvenes de brillante porvenir, dejando intactas las blancas cabezas como la mía. ¿Pero no recuerdas, Roger, cómo Doña Leonor nos predijo todos estos peligros y desgracias de la pasada noche? Así es en efecto, señor.
Palabra del Dia
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