United States or Papua New Guinea ? Vote for the TOP Country of the Week !


Era divertido verla seguir con mirada atenta y solícita las vueltas que el padre daba dentro de la iglesia, para acudir á la menor señal de que sus servicios eran necesarios. Otros ratos felices eran las tertulias en la sacristía. Disimulada en un rincón, con el rebozo echado por la cabeza, gozaba oyendo el discreteo del padre con las beatas de importancia.

Por eso sentí en el alma que se acabara aquel originalísimo «discreteo». Y se acabó por acudir Mari Pepa a mi tío que tosía y se quejaba, mientras Lituca, a la vez que escuchaba los quejidos y las toses, me mandaba callar poniendo un dedín muy mono sobre la boca, y llegaba Facia a recoger los mendrugos y levantar los manteles de la mesa.

Aquí desaparece el discreteo; aquí se disputa, como en la balaustrada de Verona, sobre si es la alondra ó el ruiseñor el que canta; aquí el éxtasis habla por los dos amantes, mientras que el implacable reloj les va notificando cada hora que transcurre: ¡horas mermadas por la eternidad á su juventud y á su dicha; horas que pueden ser las últimas de sus plácidos coloquios, si la oposición paterna prevalece y la niña se casa con el rico, á pesar de tutear al estudiante; horas descontadas á la esperanza, deudora inmortal del corazón humano, al cual nunca le paga lo que le debe, pero que en cambio es siempre confiada prestamista de los más locos deseos!

Según él, nadie como Calderón entendía en achaques del puntillo de honor, ni daba nadie las estocadas que lavan reputaciones tan a tiempo, ni en el discreteo de lo que era amor y no lo era, le llegaba autor alguno a la suela de los zapatos.

No seas tonta. ¿Quieres que sea loca? ¿No estoy yo loco por ti? , pero tu locura buscará alivio en mi perdición, y para la mía no habría remedio. ¡Vaya un discreteo, y cómo se conoce que eres mujer de teatro! Y hombre de mucho mundo, que es uno de los tres enemigos del alma. Vamos, abre, paloma. ¿Y qué prometes? Cerrar cuando lo mandes. ¿Palabra de honor? Lo juro.

Á mi vez suplico yo también á V. que no entremos en cuestiones inútiles. Yo no he venido aquí á discretear ni á filosofar. Yo no discreteo ni filósofo. Digo lo que es cierto. El pecado no fué un acaso; no fué algo independiente de nuestro libre albedrío.