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Actualizado: 22 de junio de 2025


¡Pueblo de la Nueva Inglaterra! exclamó con una voz que se elevó por encima de todos los circunstantes, alta, solemne y majestuosa, pero que con todo era siempre algo trémula, y á veces semejaba un grito que surgía luchando desde un abismo insondable de remordimiento y de dolor, vosotros, continuó, que me habéis amado, vosotros, que me habéis creído santo, miradme aquí, mirad al más grande pecador del mundo. ¡Al fin, al fin estoy de pie en el lugar en que debía haber estado hace siete años: aquí, con esta mujer, cuyo brazo, más que la poca fuerza con que me he arrastrado hasta aquí, me sostiene en este terrible momento y me impide caer de bruces al suelo! ¡Ved ahí la letra escarlata que Ester lleva!

Por esto me inspiran tanto afecto los jóvenes que, como usted, se dedican a las bellas letras... Yo, según dicen mis amigos, hablo bastante bien; pues crea usted que soy más escritor que orador. He publicado poco; mi modestia me lo impide. Pero ¡si viese usted el montón de papel que llevo emborronado!...

»He dicho a usted que me parecen las regiones de la luz que ahora habito, mejores que el limbo de antes, y lo son real y efectivamente, pero esto no impide que si se dejara a mi arbitrio el volver o no las cosas a lo que fueron sin quedar de las actuales el menor rastro de su paso en la memoria ni en el corazón, vacilara yo mucho antes de decidirme.

La mencionada niña de vergüenza no responde á derechas á ninguna pregunta, como no sea de sus padres..... ¡La desconfianza, ley esencial de su vida, le impide soltar prendas, aunque se trate de saber si es de día ó de noche!

Su autor, hijo de un antiguo zuavo pontificio, cita una frase de Pío IX a la señorita de Gentelles: «Es el lujo lo que con frecuencia desune a los esposos y con más frecuencia todavía impide la conclusión de los matrimonios; pues apenas se encuentran hombres que consientan en cargarse con tan enorme gasto

A pesar de sus triunfos, el poeta está triste; continuamente se lamenta de su constitución débil, que le impide realizar largos esfuerzos mentales. Yo concibo mucho dice, pero no puedo trabajar: me canso; por lo mismo, presiento que la mitad de las fábulas y de los personajes que he ideado, morirán conmigo... Y, aunque trabajase mucho, sería igual.

En medio de su austeridad, el terrible elemento no puede menos de sonreirse al contemplar sus gracias naturales. Además, la vida tímida está llena de melancolía. Posee el pie para arrastrarse, mas, no se atreve. «¿Quién te lo impide? Tengo miedo... el cangrejo me acecha; si me entreabro, se cuela en mi morada.

Apaciguose el doctor y dijo: Todo eso está bien y es cierto; pero no impide que yo, por culpa suya, llegue tarde; los buenos puestos ya están tomados, y distribuidas las cruces. Vamos a ver, ¿dónde está el general, para presentarle mis quejas? Soy yo. ¡Oh!, ¡oh! ¿De veras? , doctor, yo soy, y le nombro nuestro médico mayor. ¡Médico mayor de los guerrilleros de los Vosgos! ¡Bien; eso me agrada!

; , señor; será necesario expulsarla á todo trance de palacio... es... perdone vuestra majestad... una intriganta... una enemiga á muerte del duque de Lerma, de ese grande hombre, del mejor vasallo de vuestra majestad. Pero en resumen... ¿el estar la reina con esa mujer impide...? ¿No es éste un refugio vuestro, doña Juana?

Pido á usted auxilio, le dije sonriendo, contra las intenciones de su criado, que sin duda pretende conducirnos á las estrellas. Es que no hay habitacion desocupada en los otros pisos. Entonces, contesté, no podemos tener el gusto de permanecer en su casa. Una afeccion nerviosa que padezco, me impide habitar un piso quinto. Perdone usted, es piso cuarto.

Palabra del Dia

rigoleto

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