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Actualizado: 15 de junio de 2025


Casilda tembló como sacudida por aquel acento imperioso, y luego repuso: Sucede, señor, que muchos de estos caballeros que aquí vienen, acabada la visita, se juntan abajo en secreto, en una cuadra vecina de aquella en que yo guardo mi cofre; y encienden lumbre, y dicen palabras contra el Rey y hablan de levantar bandera. ¿Por quién sabes todo eso?

Concha se había puesto grave otra vez, sentándose y haciendo un gesto imperioso a la niña para que se acercase. Tocábale el turno a la gramática. Aquí andaba peor todavía que en la historia, séase por la falta de memoria o porque el miedo la turbase. Comenzó el vapuleo: un ballenazo ahora y otro después y otro y otro.

Mi amada tuvo entonces una recrudescencia de entusiasmo hacia y tuve que consolarla de las traiciones de que yo mismo era cómplice. Pero mi nuevo capricho era demasiado imperioso para que yo pudiera engañar por mucho tiempo á Lea. Todos los días me separaba más de ella; hasta que resolví jugar el todo por el todo para recobrar mi libertad.

Había alcanzado a ver en su niñez al primer Dupont, fundador del establecimiento. El segundo le había tratado como a compañero, y al actual jefe, a Dupont el joven, lo había tenido en sus brazos, uniéndose al tuteo de la confianza paternal el miedo que le inspiraba don Pablo con su carácter imperioso de dueño a estilo antiguo. Era un viejo que parecía hinchado por el ambiente de la bodega.

La birreta cardenalicia parecía hincharse de soberbia sobre su cabeza pequeña, blanca y sonrosada. Nunca fue llevada una corona con tanto orgullo como aquel gorro rojo. Extendió su mano enguantada de púrpura, sobre la que lucía la esmeralda episcopal, y con un gesto imperioso hizo que uno tras otro fueran besándola todos los canónigos.

Era el junker, el oficial del monóculo. Volvía á caer en sus manos... Le señaló con el extremo de su revólver dos cubos que estaban á corta distancia. Debía llenarlos en la laguna y dar de beber á sus hombres, sofocados por el sol. El tono imperioso no admitía réplica, pero don Marcelo intentó resistirse. ¿El sirviendo de criado á los alemanes?... Su extrañeza fué corta.

Cuando llega a la pubertad, su carácter toma un tinte más pronunciado. Cada vez más sombrío, más imperioso, más selvático, la pasión del juego, la pasión de las almas rudas que necesitan fuertes sacudimientos para salir del sopor que las adormeciera, domínalo irresistiblemente a la edad de quince años.

Se acuerda mucho de aquella tarde en el hotel de Roma al recibir tu carta, y me creería una mujer sin dignidad al verme contigo. Le invitaba a bajar con un gesto imperioso. Cuando partió el carruaje, los dos quedaron un momento en la acera, contemplándose por última vez. Adiós, Rafael. Cuídate, no envejezcas tan aprisa.

Su amor a Magdalena era uno de esos amores fuertes que ocupan todo el lugar en la vida; pero cuanto más amase a Magdalena más imperioso es el deber que tiene de velar sobre su prima, sobre su hermana, porque así era, si mal no recuerdo, como Magdalena llamaba a nuestra querida Antoñita.

Concha, en pie debajo del dintel de la puerta, se arreglaba con mano nerviosa la ropa y los cabellos. Ven aquí dijo en tono imperioso a su querido. Pero éste hizo un gesto de desprecio y se volvió hacia el matrimonio para disculparse. ¡Vaya unos postres que les he dado!... ¿Quién iba a suponer?... Carlota, usted es muy buena y me perdonará esta grosería. ¡Ven aquí! gritó con más furia la joven.

Palabra del Dia

rigoleto

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