United States or Colombia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Roussel, paseándose de arriba abajo, en la agitación que le producían aquellos recuerdos, se había detenido delante del cuadro empezado por Mauricio antes de su partida y miraba con atención la figura que representaba á Herminia. , dijo Mauricio; me ha parecido que el rubio estaba mejor en la escala de los colores: el moreno resultaba brutal.

El vacío que haríamos traería la reflexión y la reflexión produciría la reconciliación.... Créeme, querida Herminia, unidos somos muy fuertes.... Y si me dejas conducirte, si obras como yo te lo aconseje, tenemos segura la victoria. Me hace mucha falta creerlo así....

Ni Roussel ni la señorita Guichard habían hablado de sus disentimientos á Mauricio y á Herminia, obedeciendo al miedo de sembrar el odio en aquellos sencillos espíritus. Los dos muchachos crecieron y entraron en la edad juvenil. Mauricio, después de terminar sus estudios, había manifestado una afición muy marcada por la pintura.

En cuanto á Mauricio y Herminia, sus sensaciones y sus aspiraciones eran en un todo semejantes, pues cada uno de ellos se ocupaba únicamente del otro y ambos soñaban con la dicha de volverse á ver.

Pero Mauricio, ¿es posible que mi tía lo haya hecho ver esas cartas que yo ni conocía? ¡Ay! Herminia; es muy cierto; pero no la acuses; ha obrado bajo la influencia de la cólera y no de su corazón. ¿ la disculpas?

Rondas y perros feroces por la noche, y paseo de Bobart con una escopeta al hombro ... Herminia pensó: "No exactamente lo que pasa; no comprendo la razón precisa de los actos de mi tía. Hay algo muy grave y yo corro un peligro." Su imaginación se exaltó y llega á una situación verdaderamente novelesca.

Su cara se puso lívida, sus ojos despidieron llamas y extendiendo hacia Herminia una mano agitada por un temblor nervioso, exclamó: ¡Qué!

No lo dudo y la prueba es que le autorizo para quedarse ... ¡Qué dicha, el poder acogerle sin desconfianza! Usted me agradó desde el primer momento ... No diga usted ni una palabra á Herminia ... No le permito hacerle la corte sin que el señor Roussel haya dado su consentimiento.... Pero comerá usted con nosotras y observará que no somos tan malas personas.... ¡Herminia!

Pero mañana volverán á las andadas. Y la ocasión sería tan buena para romper.... Ellos me provocan.... Yo no hago más que defenderme.... Quieren quitarme á Herminia ... ¡Si fuese yo quien se la quitase!... ¡Admirable idea! Cambias la situación. Creían vencerte y serás la que triunfe.... Pero ¿cómo? Adelanta la hora de la partida.

La señorita Guichard acababa de encaminarse al saloncillo á fin de dar órdenes, sin duda, para la cena. Juzgó que la ocasión era favorable. Bajó al patio, atravesó los pabellones, subió ligeramente la escalera que conducía á sus nuevas habitaciones; llamó, y como nadie le respondía, entró. En el cuarto, alumbrado por una lámpara, estaba extendido sobre la cama el vestido de novia de Herminia.