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Actualizado: 22 de octubre de 2025
Dicho P. Fideli, como era recién venido de Europa, y hallando campo tan grande á su celo, no paraba de día ni de noche en domesticar aquellos salvajes; y mientras sus compañeros iban en busca de gentiles, él se ocupaba en limpiar á aquellos nuevos cristianos de los resabios de su vida brutal, con que se podía quizás manchar la pureza de su fe y la inocencia de nuestra religión cristiana; era su tarea cuotidiana juntar de día á los niños toda la mañana, y al entrar la noche á los adultos; para hablarles de las cosas que debían creer y obrar; acudir á todos tiempos á sus necesidades sin negarse á nada; cuidar de las almas y de los cuerpos de los enfermos, velándolos de día y de noche y dándoles sepultura después de muertos; y en tantos trabajos no tenía otra cosa con qué mantener sus fuerzas para llevar tan gran peso, que un poco de pan muy desabrido que allí se hace de unas raíces que llaman mandioca, la cual, hecha harina, se amasa y hace un pan bien malo, el cual solía acompañar con un pedazo de carne de algún animal del monte, asada, como la comen los indios, dura y desabrida, y por gran regalo alguna fruta silvestre.
No había que hablarles de ninguno de esos instrumentos físicos que nos guían y nos dan fórmulas las más exactas, pues iban con los ojos cerrados y envueltos entre tinieblas. Estaban como aterrorizados, confiésanlo sin rebozo, empero no había nadie capaz de desaferrarlos de sus ideas.
Como en los primeros meses ignoraba el francés, detenía en la calle á los clérigos para hablarles en latín. Había malvivido siendo maestro de guitarra y dando conferencias en un Instituto Políglota, cuyo público no concedía la menor atención al tema, buscando únicamente acostumbrar su oído á la pronunciación española. ¡Siete francos y medio por hablar hora y media!
Diré de paso que mis potros... pero no, no es de eso de lo que quiero hablarles. Ahí está. Y ahora, señores, hago una raya y paso directamente al día de mi casamiento.
Entonces respondiendo Jesús, les dice: Tampoco yo os diré con qué facultad hago estas cosas. 1 Y comenzó a hablarles por parábolas: Plantó un hombre una viña, y la cercó con seto, y cavó un lagar, y edificó una torre, y la arrendó a labradores, y se fue lejos. 2 Y envió un siervo a los labradores, al tiempo, para que tomase de los labradores del fruto de la viña.
Sin necesidades ni aspiraciones, nacen, viven y mueren aquellos seres, yendo muchos de ellos á dormir el sueño eterno, sin conocer de la madre España más que los colores de su bandera, suponiendo, y suponer es, que la tengan todos los tribunales. En cuanto á entender el español en aquellos pueblos, sería tanto como hablarles en caldeo ó en hebreo.
Si tropieza, si cae, han acabado sus días. Pero, en medio del desfiladero, Yégof se volvió, sentose en una piedra, y los cinco lobos, alrededor de él, con el hocico levantado, se sentaron también en la nieve. Entonces sucedió algo verdaderamente estupendo: el loco, alzando el cetro, comenzó a hablarles, llamándolos por su nombres. Los lobos respondían con lúgubres lamentos.
Qué alma de artista murmuré in petto; y después, armándome de valor, me atreví a hablarles de mis estudios sobre las solteronas. Francisca aprovechó la ocasión para lanzar gritos de horror, que Petra imitó a la sordina. Envalentonada por la mirada de aprobación de Genoveva, conté mis descubrimientos sobre el origen de las solteronas y les dije que en los pueblos polígamos no las había.
Como ellas eran más finas que los jornaleros, ninguno se acercaba a hablarles, y como estaban en más humilde posición que las ricas labradoras, propietarias e hidalgas, la aristocracia las desdeñaba. El nacimiento ilegítimo de Juanita hacía mayor este aislamiento. Juanita no tenía ya una amiga.
Un día tropieza en Sainte-Beaume con dos partidas de artesanos que habían ido allí a ventilar sus disputas a grandes golpes de compás, sobre el sepulcro del maestro Yago, un provenzal que construyó la armadura del templo de Salomón, si ustedes no se enojan. Calendal se lanza en medio de la carnicería y pone paz a los compañeros sólo con hablarles...
Palabra del Dia
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