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Actualizado: 15 de mayo de 2025
Cerró con furia; pero la niña había corrido hacia la salida, y la puerta le cogió la mano. Oyose un grito desgarrador. La valenciana abrió otra vez la puerta, dio un fuerte empujón a la criatura que la hizo caer al suelo, y echó la llave. La cueva era un calabozo húmedo y negro donde sólo penetraban algunos tenues rayos de luz por un ojo de buey abierto en lo alto.
Y continuó hablando mientras miraba a Silas con compasión: ¿Pero no oísteis las campanas de la iglesia esta mañana, maese Marner? ¿Conque ignorabais que hoy es domingo? Viviendo aquí tan solitario os olvidáis del día que es, me parece; además, con el ruido del telar, no oís las campanas, que, por otra parte, ahora sofoca el aire frío y húmedo que reina.
Es cálido y húmedo, debido á la gran cantidad de agua de sus abundantes lluvias, que quedando estancadas en los bosques cubren una inmensa extensión del territorio. Los pueblos de Cantilan, Dinagat y Cabuntug, aunque de temperatura calurosa, son ventilados y sanos. Habitantes.
Pero en cambio nosotros, convertidos en furiosos Robinsones, no teníamos tiempo para acordarnos de nuestra tía. Hacía mucho tiempo que la quinta dormía en su sombrío y húmedo sosiego.
Un modesto coche de movimientos repulsivos nos condujo por el húmedo y melancólico valle, en cuarenta minutos, á la célebre ciudad de Altorf, capital del Canton, donde Guillermo Tell ganó la inmortalidad con la famosa proeza de la manzana y la flecha.
Después subía como desesperado gato por la cuerda de las campanas, y por la misma vía subían también los puñales terribles. Luego se lanzaba por el interior angosto y húmedo de las cañerías que recibían el agua de los tejados, y la turba se precipitaba también por el interior del tubo, haciendo un ruido semejante al del agua.
Moreno, algo amoscado, guardaba silencio, maldiciendo en su interior de la facilidad que su amiguito tenía para liquidarse. Romadonga se acercó al grupo cuando la discusión religiosa acababa de zanjarse de aquel modo imprevisto y húmedo. Mario vio el cielo abierto.
Y ni aun don Víctor cabe llamarle, sino un viejo uno de esos viejos tan viejos que si dicen alguna vez: Cuando yo era joven... parece que abren un cuarto oscuro del que sale una bocanada de aire húmedo. Yo no quiero creer, Azorín dice Verdú , que esto sea todo perecedero, que esto sea todo mortal y deleznable, que esto sea todo materia.
Llega al punto indicado, pero la última gota acaba de ser evaporada por el sol; ahonda el húmedo suelo con la punta de su lanza; todo inútil, la fuente que buscaba no volverá á tener agua hasta la próxima temporada de lluvias. ¿Qué tiene, pues, de extraño que su imaginación, siempre obsesionada por la visión de las fuentes, dirigida hacia la imagen de las aguas, se las haga aparecer repentinamente?
La lluvia de la noche, bien que breve, había hecho descender la temperatura y del suelo húmedo se alzaba un vaho saturado de emanaciones olorosas, que daban particular densidad a la atmósfera. Podía decirse que el aire estaba «gordo» y así se veía a la distancia denso y violáceo como una tenue niebla invernal en pleno estío.
Palabra del Dia
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