Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 20 de julio de 2025


El ejemplo más antiguo, que se ha conservado hasta nosotros, se halla en las obras del clérigo secular Gonzalo de Berceo, que floreció á principios del siglo XIII , y consiste en un canto de los centinelas, que guardaban el sepulcro del Señor, con un estribillo que repetía á coro, destinado acaso á cantarse aparte, como parece indicar su nombre de cántica.

Gillespie abrió y cerró su ojo repetidas veces, y al fin tuvo que convencerse de que estaba rodeado de un mundo extraordinariamente reducido en sus dimensiones. Los hombres eran de una estatura entre cuatro ó cinco pulgadas. Personas, animales y vegetales, partiendo reducido tipo minúsculo, guardaban entre ellos las mismas proporciones que en el mundo de los hombres ordinarios.

La primera edición, de 1615, llegó á ser tan rara, que sólo la guardaban pocos aficionados á este género literario, hasta que en el año de 1749 se hizo otra que, al parecer, no se vulgarizó tampoco mucho. Sabido el propósito que presidió á esta última, se comprenderá fácilmente que tan escaso fuese su efecto.

Sus carnes abundantes guardaban cierta frescura, obra de los cuidados higiénicos y los ejercicios gimnásticos. En cambio, su rostro, de blanca piel, transparentaba una inundación subcutánea amarillenta, que parecía formada con olas de salvado. Sobre la antigua cabellera, de un tono rojo, se amontonaban los rizos artificiales ocultando calvicies y canas.

Por ésta razón había entre las damas madrileñas cierta indulgencia hacia ella. En sus natos de murmuración le guardaban más consideraciones que a las otras; la reconocían un cutis muy fino, unos ojos muy hermosos, y gusto.

Lo mismo había hecho en tiempo de sus padres, de sus abuelos y tatarabuelos, y nunca se llevó la población: algunas casas la vez que más. ¿Y había de sobrevenir ahora la catástrofe?... El río era el amigo de Alcira: se guardaban el afecto de un matrimonio que, entre besos y bofetadas, llevase seis o siete siglos de vida común.

Todos en el claustro alto conocían estas luchas. Llegaban hasta ellos los comentarios que se permitían los canónigos en la sacristía; pero los humildes servidores guardaban un silencio receloso cuando se repetían estas murmuraciones en su presencia, temiendo ser delatados por el vecino, que tal vez ambicionaba su puesto.

Si alguna vez los moros se consideraban debilitados para continuar la lucha, ó si se veían en grave aprieto, era para ellos socorrido recurso el de solicitar paces, que se guardaban bien de cumplir una vez repuestos y que se consideraban con fuerzas para emprender nuevas degradaciones en los pueblos cristianos.

35 Y después que le hubieron colgado del madero, repartieron sus vestidos, echando suertes, para que se cumpliese lo que fue dicho por el profeta: Se repartieron mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes. 36 Y sentados le guardaban allí. 37 Y pusieron sobre su cabeza su causa escrita: ESTE ES JESUS EL REY DE LOS JUDIOS.

Mas, por la gran confianza que su amo le otorgaba, los tertulios de D. Pedro le guardaban consideraciones, y apesar de la rusticidad de su trato y del traje campestre que llevaba, cuando le tropezaban en la calle le abrazaban familiarmente, le convidaban a entrar en el café y a veces le llevaban al teatro.

Palabra del Dia

malignas

Otros Mirando