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Actualizado: 21 de mayo de 2025


Huyeron los gauchos, perseguidos por los obreros del dique, y acudieron las mujeres, lo mismo las danzarinas del establecimiento que las pertenecientes á las familias del pueblo, para rodear á los dos heridos y levantarlos. González, que protestaba á gritos, sin que nadie le escuchase, hizo un gesto de alegría al reconocer á Robledo, como si éste pudiera arreglarlo todo.

Fernán González, no creyéndose en la obligación de guardar más tiempo fidelidad á sus Reyes, viéndose tan indignamente tratado, toma sin rebozo las armas contra León; vence á los leoneses, y, después de abrazar á su esposa, dicta á sus Reyes las condiciones de paz.

Los asuntos más graves de la villa, los que promovían tempestades en el Saloncillo, se trataban, o por mejor decir, se tocaban ligeramente sin apasionamiento alguno. Que los González habían despedido al capitán de la Carmen y nombrado en su lugar un andaluz. Cuando los González lo han hecho afirmaba uno lenta y sordamente, sus razones tendrían.

Asi, pues, á la ruptura de las hostilidades se encaminó á Quito, encontrándose que el coronel Don Francisco Gonzalez le salia al paso con una division por él organizada en Cuenca, fecundando de este modo el movimiento que hacia la de Don Melchor Aymeric, Presidente de la provincia á donde Sucre llevaba sus refuerzos revolucionarios.

Entró en Sevilla el día 13 de Diciembre, i en el mismo dia hizo prender al arcediano de Ecija don Fernando Martinez, porque con sus predicaciones habia puesto en sedicion al pueblo contra los judíos. El maestro Gil Gonzalez de Avila hablando del arcediano dice que el rei castigólo, porque ninguno con apariencia de piedad entendiese levantar el pueblo.

El marquesito, que ya había contado a su primo el de Henares la aventura y esperaba la visita, eligió por padrinos por indicación de éste a González de la Riva, un hombre político muy conocido que se hallaba a la sazón en el teatro, y a un joven teniente de artillería.

Ya ves, mamá, que tengo razón para no querer a tu futuro sobrino político y para preferir a mi griego. Y no me pongas la objeción de que mi griego ha de ser hereje o cismático. De fijo que es muy buen católico. Si no lo fuera, no sería tan amigo del Padre González, que me le presentó en la sacristía, hace ya más de una semana. ¿Oyes, mamá?... ¿Qué?... ¿Ustedes me quieren volver loca?

El general aprovecha la ocasión para desatar la lengua contra : Que su sobrino no es abominable, sino adorable; que yo presumo demasiado de discreta y de lista, y que soy una criaturita mimada, voluntariosa y terca; y que si él me hubiera presentado a Narcisito como sobrino, yo le hubiera encontrado vulgar y feo y le hubiera dado calabazas; y que ha sido menester armar toda esta tramoya y conjuración, en que han entrado mamá, el general, el doctor, el Padre González y hasta doña Rita, para que yo crea a Narcisito griego o turco y de él me enamore.

De la «Memoria de Mindanao» escrita por el General de brigada D. Julián González Parrado, extractamos los datos consiguientes á las condiciones locales y guarnición de cada destacamento, rancherías moras á ellos inmediatas, número de sus habitantes, armamento de que disponen y todos aquellos cuyo conocimiento pueda ser de interés en el transcurso de las operaciones emprendidas. Primer distrito.

Nos mantuvimos en dicho mèdano, de donde se despachó al alferez D. Gerónimo Gonzalez con 18 hombres en busca de ganado para la subsistencia de dicha armada: cuya partida llegó á las cuatro de la tarde, conduciendo 80 cabezas y algunos toros.

Palabra del Dia

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