Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 5 de noviembre de 2025
Los verdaderos salones eran pocos, y Frasquito, por más que en su vejez hacía gala de haber entrado en ellos, la verdad era que ni por el forro los conocía.
Y era la gala que aquel jayán, cuando había para ello espacio bastante, porque el paño de la bandera tenía lo menos cuatro varas en cuadro, revolotease la bandera girándola en torno, paralela al suelo, de modo que, agachándose los muchachos y hasta algunos hombres y mujeres, eran por ella cobijados y benditos.
Todavía en el camino, aunque le hizo el caballo a todo correr, pugnó el Vizconde por fortalecer su espíritu y por creer que lo que había leído no podía tener mal resultado y era sólo conjunto de burlas o de declamaciones, inventado por Rafaela para lucirse y hacer gala de las muchísimas cosas que había aprendido durante su larga estancia en París y de lo acicalado y agudo que había llegado a ponerse su ingenio.
Tratóse también de quién fué el primero que en España las sacó de mantillas, y las puso en toldo, y vistió de gala y apariencia. Yo, como el más viejo que allí estaba, dixe, que me acordaba de haber visto representar al gran Lope de Rueda, varón insigne en la representación y en el entendimiento. Fué natural de Sevilla y de oficio bati-hoja, que quiere decir, de los que hacen panes de oro.
El capote. De encima de una silla cogió Garabato el capote llamado de paseo, la capa de gala, un manto principesco de seda del mismo color que el traje y tan cargado como éste de bordados de oro. Gallardo se lo puso sobre un hombro y se miró al espejo, satisfecho de sus preparativos. No estaba mal... ¡A la plaza! Sus dos amigos se despidieron apresuradamente, para tomar un coche y seguirle.
Pues a cuenta que lo mismo estarás tú, y Dios te dará lo tuyo; eso no tiene duda... porque es de ley. Y por la santidad que tengo entre mí, te digo que si el marido de la señorita se quiere volver contigo y le recibes, no pecas, no pecas...». Fortunata creyó prudente mandarla callar, pues aquel concepto se armonizaba mal con la santidad de que hacía gala su amiga.
Y Diógenes, el cínico Diógenes, que se burlaba de la opinión del mundo entero y hacía gala de revolcarse en los más inmundos lodazales, sintió, ante la repugnancia de aquel ángel, que una gran vergüenza invadía su corazón y subía hasta su frente, tiñéndola de carmín, y asomaba a sus ojos llenándolos de lágrimas... Por tres días enteros estuvo sin beber una copa; al cuarto, rindióle el vicio otra vez; mas jamás volvió a besar a la niña.
¡Reparona! ¿Qué más da? Son novecientos ochenta declaró D. José, haciendo gala de su saber de cuentas. ¿Quiere usted callar?... Usted, Sr. D. Pepe, no tiene que poner su carne en este garfio. La equidad, amiga D.ª Encarnación... ¡Amiga, doña!... Diga usted, tío Lilaina, ¿en qué bodegón hemos comido juntos? ¿Se quiere usted meter en sus cosas y dejarme a mí? Falta un duro repitió Isidora.
Arauco domado describe la conquista de este pueblo valeroso del S. de Chile, tan célebre por la epopeya de Ercilla; esta comedia es única en su género, y se distingue por su aparato escénico, que desenvuelve á nuestros ojos toda la gala de la naturaleza de los trópicos, y nos transporta á las magníficas soledades de América, y porque nos ofrece igual heroismo en los dos pueblos que pelean, el de los esforzados hijos de las selvas, que batallan rudamente y con ánimo casi sobrenatural por su independencia, formando los contrastes más chocantes y pintorescos, y el de los españoles, cuyo entusiasmo y deseos de extender el renombre de su patria y sus creencias religiosas, nos infunden encanto irresistible; en una palabra, es difícil imaginar ninguna otra comedia que sobresalga como ésta por sus atrevidas creaciones, por el vuelo y el brillo de la fantasía . Sucesos posteriores, ocurridos en vida de Lope, son tratados en La santa Liga, obra animada de espíritu verdaderamente heróico, aunque algo difusa en lo épico, al exponer la guerra contra los turcos, que terminó en la batalla de Lepanto; de la misma clase es La mayor victoria de Alemania, que ensalza á un nieto del Gran Capitán; Los españoles en Flandes, etc.
Y que esto sea verdad véase por muchas e infinitas comedias que ha compuesto un felicísimo ingenio destos reinos, con tanta gala, con tanto donaire, con tan elegante verso, con tan buenas razones, con tan graves sentencias y, finalmente, tan llenas de elocución y alteza de estilo, que tiene lleno el mundo de su fama.
Palabra del Dia
Otros Mirando