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El rey de Elve, dicen los hermanos Lardner, llevaba un surtú español de paño colorado y pantalones del mismo color. Recuerdo que los presentes que el Gobierno de Chile manda los caciques de Arauco, consisten en mantas y ropas coloradas, porque este color agrada mucho a los salvajes. La capa de los emperadores romanos que representaban al dictador, era de púrpura, esto es, colorada.

Habitan las montañas, desde Coquimbo hasta casi mas abajo de Santiago de Chile. Estos son los mas valientes y altos entre los Moluches, especialmente los que viven al poniente de la Cordillera, entre quienes están los de Penco, Tucapel y Arauco. De estos últimos llaman por error los españoles Araucanos á todos los demas indios de Chile.

Al empezar El Arauco domado, de Lope, aparecen muchos soldados, como si estuviesen en las cercanías de un puerto americano y caminando hacia la plaza, en donde la procesión del Corpus pasa bajo un arco de triunfo; cuando llegan al término de su destino, se descubre la escena descorriendo una cortina, y deja ver el arco y la ostentosa procesión.

Luego que este religioso llegó á la Concepcion, empezó á tratar con los indios de guerra, de los medios de la paz que de parte del Rey les ofrecia, dando principio por las naciones cercanas, que eran las de Arauco, Tucapel y Catiray, á quienes envió los mensageros que tuvo por convenientes.

Desde el Indio apartado del remoto Mundo llegó mi amigo MONTESDOCA, Y el que anudó de Arauco el nudo roto. Dixo Apolo á los dos: á entrambos toca Defender esta vuestra rica estancia De la canalla de verguenza poca. La qual de error armada y de arrogancia Quiere canonizar y dar renombre Inmortal y divino á la ignorancia.

Arauco domado describe la conquista de este pueblo valeroso del S. de Chile, tan célebre por la epopeya de Ercilla; esta comedia es única en su género, y se distingue por su aparato escénico, que desenvuelve á nuestros ojos toda la gala de la naturaleza de los trópicos, y nos transporta á las magníficas soledades de América, y porque nos ofrece igual heroismo en los dos pueblos que pelean, el de los esforzados hijos de las selvas, que batallan rudamente y con ánimo casi sobrenatural por su independencia, formando los contrastes más chocantes y pintorescos, y el de los españoles, cuyo entusiasmo y deseos de extender el renombre de su patria y sus creencias religiosas, nos infunden encanto irresistible; en una palabra, es difícil imaginar ninguna otra comedia que sobresalga como ésta por sus atrevidas creaciones, por el vuelo y el brillo de la fantasía . Sucesos posteriores, ocurridos en vida de Lope, son tratados en La santa Liga, obra animada de espíritu verdaderamente heróico, aunque algo difusa en lo épico, al exponer la guerra contra los turcos, que terminó en la batalla de Lepanto; de la misma clase es La mayor victoria de Alemania, que ensalza á un nieto del Gran Capitán; Los españoles en Flandes, etc.

Tengo motivos para creer que la imaginación es su facultad predominante. Un día que dábamos un paseo por la Moncloa se nos acabó el tabaco. Era otoño. Sindulfo cogió un puñado de hojas secas de chopo, las estrujó y las metió en su pipa. Después dejó errar su mirada por las lejanías de El Pardo, añorando sin duda los bosques vírgenes del Arauco.

Por suerte á Doña Juana le cabía El Licenciado Vera por marido: Por Oidor en los Charcas residía; La misma plaza en Chile hubo tenido; Y en su tiempo el Arauco le temía, Que á vueltas de las letras ha servido A nuestro gran Filipo con la espada, Andando tras la gente rebelada. D. Francisco el Virrey, dicen, quisiera Casar á Doña Juana de su mano: A Garay le escribió que á Lima fuera.