Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 11 de junio de 2025
Sin hacer caso de las miradas furibundas de los maridos, pregonan en alta voz los sentimientos y deseos que en ellos despiertan tantas hermosuras...
Y allá en el fondo, sobre la mesa del maestro, la imagen de Cristo crucificado, ¡oh vilipendio! tapada con una cortina de seda, presidía aquellas habaneras voluptuosas y furibundas polkas. Era el sitio donde sin temor al agua ni al sol, los extranjeros podían ver y admirar en seductor ramillete a las yeung girls de Sarrió.
Mas no quería Dios que aquella mañana le saliesen las cosas a Benina conforme a su buen corazón y caritativas intenciones, porque no hacía diez minutos que estaban comiendo, cuando observó que en el camino, debajito del vertedero, se reunían gitanillos maleantes, alguno que otro lisiado de mala estampa, y dos o tres viejas desarrapadas y furibundas.
Desde el rincón donde me hallaba sentado arrojábale miradas furibundas, que él estaba lejos de advertir. Sin embargo, al cabo de un momento observé que la Serrana y Lola, formando grupo con él y otros dos barbianes, miraban hacia mí sonrientes.
Oíanse en aquella parte del café cláusulas furibundas, proposiciones que parecían dichas en un púlpito, y descollaba sobre el tumulto la valiente voz de Pedernero gritando: «Yo le digo a usted que ningún Santo Padre ha podido sostener ese disparate. No jorobar. Yo le reto a usted a que me traiga el texto, y si no lo trae, es prueba de que lo inventa usted».
La mordaza, pues, cayó ante tan filantrópicas razones. Pero no todo el mundo se interesaba tan tiernamente por el gitano; los unos aplaudían la decisión de la Junta, los otros se prometían un gran placer el día del suplicio, muchos, incluso dirigían furibundas imprecaciones al gitano que se contentaba con sonreír.
¡Sinvergüenzas! replicaban furiosas las campesinas. ¡Servilonas, carlistas! contestaban las ciudadanas, ya en actitud agresiva. ¡Malvadas, que echades contra Dios! rugían las insultadas. Y en medio del tumulto se oía el agudísimo ¡ayyy!, de una mujer, a la cual manos furibundas intentaban arrancar de un solo tirón la trenza entera de sus cabellos.
Cuando estuvimos en medio de él, levantó más la linterna, y nos estremecimos al ver, allá en el fondo, como a cien pies de nosotros, una especie de cañada, por la cual corrían impetuosas masas de agua negra, rugiendo furibundas al perderse en las entrañas de la tierra, y formando una terrible trampa para aquellos que se aventuraran a explorar aquel extraño, curioso y húmedo lugar.
Veo por el contrario alzarse nubes de denso polvo en algunos parages de la Ajarquía. ¡La satánica obra de destruccion ha comenzado; publícase ya en la montaña con furibundas amenazas el feroz decreto llevado á cabo en las parroquias; y dentro de pocos dias los mas afamados cenobios, el Armilatense, el Tabanense y otros, no ofrecerán á nuestra vista mas que humeantes ruinas, y sangrientos despojos de mártires inmolados en ellos!
Paco, cada vez que sorprendía una de aquellas miradas furibundas, sonreía y hacía guiños a Manuel Antonio. Oye, Carmela dijo parándose frente a un cuadrito pintado al óleo, ¿dónde habéis comprado este San Juan? ¡Jesús! señor exclamó Carmelita, no es un San Juan, que es un Salvador, ¡míralo cómo se ríe el pobrecito! ¡Ah! es un Salvador. ¿En qué se distinguen?
Palabra del Dia
Otros Mirando