Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 25 de junio de 2025
Alma vacía de felicidad, llena de dolor; pensamiento enérgico, corazón ardiente, fray Luis de Aliaga había abrazado por desesperación la vida del claustro. El, como nos lo ha dicho en los primeros momentos de dolor por la pérdida de la primera mujer que había amado, creyó que todo lo que podía ligarle en el mundo había concluído.
Eran estos dos libros Tratado de la tribulación, de fray Pedro de Ribadeneyra, y La conquista del reino de Dios, de fray Juan de los Angeles. Serafina dio a entender a don Andrés que su ama tenía grandísima curiosidad de saber quién había apaleado a Antoñuelo y por qué motivo.
Probablemente la ciudad que inspira mayor interés es Fray Bentos, sobre el mismo río, pero más cerca del mar, donde se encuentra el inmenso establecimiento de la compañía de Liebig.
Tirso echó una mirada a los lomos de los libros: eran lo más hermoso y literario que ha dado de sí en el mundo el sentimiento religioso: Imitación de Cristo, de Kempis; La perfecta casada, de Fray Luis de León; La vida devota, de San Francisco de Sales, y el Tratado de la tribulación, del P. Rivadeneyra.
Habló con él como habló Fray Luis de León con sus discípulos después de salir de la cárcel. Rafaela dijo también: decíamos ayer; esto es, habló con el Vizconde como si reanudase con él la conversación de la víspera.
Tenía ya setenta y cinco años cumplidos, y, para todos sus semejantes, no pasaba de ser una de las innumerables unidades que forman la gran suma del linaje humano. En el convento se sabía poco y a nadie le importaba saber de la vida pasada de Fray Miguel antes de que fuera fraile.
No, porque no acepto mi martirio. Además, hay momentos en que me bañaría en sangre. En sangre de traidores. Indudablemente... ¡pero soy tan desgraciada!... Demasiado, señora. Hoy no... hoy soy casi feliz. Quiera Dios, señora, completar esa felicidad y aumentarla. Sentáos, fray Luis, sentáos, quiero hablaros mucho y no quiero fatigaros.
Y así debe atenderse principalmente á la substancia de lo que declaran acerca de la efectiva existencia de dichas poblaciones, mayormente estando todos contestes en cuanto á este punto, sin que lo contrario arguya el éxito de las expediciones hechas á costa del coronel D. Joaquin de Espinosa, de que dá puntual razon el Reverendo Padre Fray Benito Delgado, en su carta de fojas 99 del 5.º cuaderno, y á fojas 127 los cadetes D. Miguel, y D. Manuel de la Guarda, D. Joaquin, y D. Juan Angel Cosio, el sargento Gregorio Pinuer, el condestable Pedro Alvarez, los cabos Teodoro Negron, y Feliciano Flores, y los soldados Francisco Agurto, Baltazar Ramirez, Miguel Espino, Tomas Encinas, Andres Olguin, y Domingo Monte-alegre.
Fray Luis de Aliaga, me habló de muchas cosas graves que no vienen á cuento... pero tened presente que mi buen confesor estaba solo conmigo. Interrumpióse el rey, y la duquesa, por toda contestación, volvió á abrir desmesuradamente los ojos. Estaba solo conmigo y encerrado continuó el rey , ¿entendéis bien, duquesa? solo conmigo y encerrado... Sí, sí, señor, entiendo á vuestra majestad.
Sí, padre; Que dos veces el jumento Y yo venimos cargados, Y es fuerza volverme luego, Que quedan muchas limosnas Por traer. Gracias al cielo; ¿Dónde queda Fray Forzado?
Palabra del Dia
Otros Mirando