Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 9 de mayo de 2025


Hablo con formalidad. ¿Por qué no he de exponer yo á V. formalmente un caso de conciencia? Porque todo hombre de cierta educación, criado en el seno de la sociedad cristiana, aunque haya perdido la fe en Nuestro Señor Jesucristo, tiene la conciencia tan clara como yo, y no hay caso que no resuelva por , sin necesidad de consultarme.

Sus conocidos y amigos no le asistían a una sola cita, ni avisaban cuando faltaban, ni respondían a sus esquelas. ¡Qué formalidad y qué exactitud! ¿Qué os parece de esta tierra, monsieur Sans-délai? le dije al llegar a estas pruebas. Me parece que son hombres singulares... Pues así son todos. No comerán por no llevar la comida a la boca.

Vamos a ver, cualquiera en mi caso ¿no pensaría que íbamos a entrar en el terreno de la formalidad?... Pues nada, a los dos días voy por allá; intento hablarle aparte en calidad de novio y me da un bufido que me dejó helado.... Y así estoy. Ni si me quiere o si deja de quererme, ni tengo tranquilidad para dedicarme a mis quehaceres ni hago otra cosa que pensar en esa maldita chiquilla.

Porque mientras más amigas, más formalidad. ¿Usted me da un interés de dos por ciento al mes? ¿Usted añade al pagaré los seiscientos reales aquellos?... Porque una cosa es la amistad, amiga mía, y el negocio... Yo creo que usted no se ofenderá...». No hay para qué añadir que la Tellería dijo a todo que con expresiones sinceras y ardorosas.

Siempre fue ronca la voz de Mauricia; pero había bajado ya a lo más grave del diapasón. «¡Dios mío! se dijo Fortunata, oyéndola después de mirarla , ¡si parece un hombre...!». Doña Lupe, en tanto, sentándose en una de las sillas de paja, pronunciaba las frases de consuelo propias de la ocasión, añadiendo: «Eso para que aprendas... y tengas formalidad.

CUESTA. Lo que más importa, hija mía, es que tengamos formalidad... que las personas timoratas no hallen nada que censurar... Me han dicho... creo yo que habrá exageración... me han dicho que hormiguean los novios... ELECTRA. ¡Ay, ! ya casi no acierto a contarlos. Pero yo no quiero más que a uno. CUESTA. ¡A uno! ¿Y es...? ELECTRA. ¡Oh! Mucho quiere usted saber. CUESTA. ¿Le conozco yo?

Las islas Marianas han sido muy poco visitadas; tanto es así, que un individuo de los más conocedores del Archipiélago, no ha mucho nos aseguraba con gran formalidad, que las formaban tres pequeños islotes.

La fisonomía tenía grandes pretensiones a la formalidad; pero yo no qué diablos había en aquella cara de luna llena, que me hacía verla en menguante, a pesar de su redondez. Las piernas eran diminutas, pero morrudas, el pie pequeño pero ancho; la cara completamente afeitada y una nariz invasora que hacía contraste con el recogimiento desdeñoso de la del señor flaco que se sentaba a su lado.

El violento palpitar de su seno, cortándole la respiración, apenas le permitió decir: «No quiero nada, no quiero nada». Evidentemente, referíase al contenido de la cajilla. Joaquín corrió tras ella, diciendo: «Formalidad, formalidad». Pero la de Rufete, valiente y decidida, trató de abrir la puerta. Estaba cerrada.

Y si por alguien se ha creído que yo puedo fraternizar con el escándalo, aunarme con la desfachatez y adherirme a la orgía, protesto indignado, que a muy otra cosa he venido aquí. Y creo llegado el momento de que se hable con alguna formalidad.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando