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Actualizado: 16 de noviembre de 2025
Mas el pianista, respetuoso de los privilegios que merece el genio, se excusó modestamente y pidió perdón con la mirada y la sonrisa á su rival el griego. Era un hombre obeso, casi cuadrado, de tez morena y lustrosa, bigote negro y unos ojos algo oblicuos, de fijeza agresiva, que recordaban los del jabalí.
El doctor pensó que las que habían huido para evitarse su presencia eran las de Lizamendi. Aquella voz que protestaba era, sin duda, la de su mujer. La entrevista fué glacial, sin que la esposa del millonario hiciese el menor esfuerzo por disimular la antipatía que le inspiraba el médico. Sus ojos azules le miraban con fijeza desdeñosa. ¿A qué se presentaba allí? ¿Quién le había llamado?
Si la ciencia no hubiera ya convenido que las canas son, en la generalidad de los casos, consecuencia de la fijeza de los grandes dolores morales, nos convenceríamos de ello en este país.
¡Buenas noches! dijo el intendente mirando con fijeza al aya. Esta mirada singular no le pasó inadvertida a Marta y le heló la sangre, porque creyó leer en sus ojos que le había acometido un ímpetu furioso de correr tras ella y recuperar el documento.
Es viejo para mí, pero me parece muy formal y cariñoso. Nada tendría de particular que al fin cayera con él.» Granate atendió con extremada fijeza, abriendo de modo descomunal sus ojazos. Cuando Paco terminó la lectura dijo con voz profunda, como si hablara consigo mismo: Esa carta es ipócrifa. Volvieron los tres a mirarse haciendo lo posible por contener la risa.
Fernando, advertido por el codo del compañero, se fijó en sus cabellos, de un rubio obscuro, recogidos en forma de casco; en sus ojos claros y temblones como gotas de agua marina, que se elevaron unos instantes del libro para mirarle con tranquila fijeza; en el color blanco de su cuello, una blancura de miga de pan ligeramente dorada por el sol y la brisa del mar.
Este medicamento está indicado en ciertas cefalalgias con sensacion de frio en la cabeza, en la hemorragia asténica de las encías, en ciertas aftas indolentes, en convulsiones sin fijeza, limitadas á algunos músculos, con agilidad y movimientos fáciles, en ciertas erupciones pruritosas ó miliares, en el prurito de los dedos de los piés y en los sabañones de los niños delicados y de personas nerviosas.
La vida del hombre es enteramente distinta. Parece colocado allí contra la voluntad de Dios, maldito, y todo conspira contra él. En las fotografías que tenemos de los esquimales, léese su destino terrible en la fijeza de la mirada, en sus ojos ceñudos y negros como la noche. Parecen como petrificados por una visión, por el habitual espectáculo de un infinito lúgubre.
Tristán mirándole aún con mayor fijeza continuó: Su verdura no sólo tiene la propiedad de descomponer el ácido carbónico del aire, sino también de corromper los más puros sentimientos y de poner al descubierto el fondo de los corazones. Es un experimento que pienso comunicar a la Academia de Ciencias y que como todos los grandes inventos se debe a la casualidad... ¡Basta, Tristán!
Pero ¡oh casualidad portentosa y fijeza de los hados!, las minas en que tenía el mismo D. Juan sus miserables ahorrillos, no quebraban, dejaban un rédito sano y constante.
Palabra del Dia
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