Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 16 de junio de 2025
En esta misma fatal noche de San Juan, míster Robert, a la espera de su tranvía, después de cerrar el escritorio por última vez, paseaba por la acera de la Catedral. Vencido en la lucha con el agio, había salido destrozado del combate, sin fe y sin esperanza, sin fuerzas ya para mantener el peso de su honradez sobre los hombros. ¡Ah! si era una carga inútil, ¿por qué no arrojarla a la calle?
Sí, señor, sí; hemos tenido una temporada fatal... Y luego como aquí se ponen los caminos tan malos... Cuando viene uno de estos temporales, es necesario encerrarse en casa, hasta que Dios quiere. Nuevo silencio.
Si alguna vez se retardaba el capitán en el camarote, surgía inmediatamente en su memoria el recuerdo fatal. ¡Esteban!... ¡Hijo mío!... Y sus ojos se llenaban de lágrimas. El remordimiento y la cólera le hacían imaginar tremendas venganzas.
Los tres caminan sin decirse una palabra: tío Nardo con las más visibles muestras de indiferencia; su mujer abismada como siempre en su pena, y mirando al través de sus lágrimas el barco fatal que espera á su hijo, meciéndose sobre las aguas á una milla del Muelle.
Pero el arma fatal había caído de las manos de Carlos. »Ya lo ve usted me dijo; es más fuerte que yo. Sin usted, ¿qué sería yo en este momento? ¡Un parricida!... murmuró en voz baja, y temblando con todo su cuerpo, permaneció con la cabeza apoyada entre sus manos. »Con objeto de que volviesen a su imaginación ideas menos tristes, me aproximé a él y le hablé del proyecto de nuestro matrimonio.
Ella y él son importunados por tres cosas: el trabajo de la natación, el amamantamiento y la fatal necesidad de subir. La educación es un verdadero combate.
Se llamó a un médico, pero no pudo emitir ningún diagnóstico sobre la enfermedad, contentándose con decir que el paciente tenía gravemente afectado el corazón, y que, en vista de eso, el desenlace sería fatal y rápido.
Una vez en ella podremos defender con más ventaja la estrecha escalera; los muros de la torre son gruesos y el fuego tardará mucho en consumirlos. Con tal que podamos conducir á la dama.... Iré yo misma, se oyó decir á la noble señora, que apareció pálida y grave á la puerta de la habitación que con su esposo ocupara aquella noche fatal.
Las conveniencias me impiden proseguir en esta exposición radiante de bellezas, que constituye el Fatal Femenino... Del resto, ya hablaremos más tarde. Todas estas cosas, Teodoro, están más allá de tus veinticinco duros mensuales... Confiesa, al menos, que estas palabras tienen el venerable sello de la verdad. Yo murmuré con las fauces abrasadas: ¡Cierto!
Llegaba a leer el aquí yace fatal y deletreaba nombres; entre éstos el suyo. Antojábasele el edificio, inmenso panteón de vivos.
Palabra del Dia
Otros Mirando