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Actualizado: 23 de mayo de 2025
Ahora me explico el furor de Villavicencio contra ti. ¿Pues no dice que tú eres el autor de todo y que es preciso sentarte la mano? ¿A mí? Y disculpaba a lord Gray... Se me figura que quieren hacer justicia en tu persona sin molestar para nada al señor milord.
Y se imponían: don Fernando y doña Brianda por su prestancia, fray Anselmo por su austeridad, doña Inés por su belleza y Guy por su donaire. Naturalmente, en las sobremesas de la antecocina se explicó el caso de la manera más natural. Doña Inés era la prometida del amo; venía a casarse con él. Don Fernando y doña Brianda eran sus padres. Fray Anselmo bendeciría la boda.
Al conocer la cifra hizo un gesto plañidero; pero sonrió á continuación, como si este compañerismo en la desgracia le hiciese más llevaderas sus propias pérdidas. Quedaron un rato en silencio. Luego explicó ella su presencia en la plaza. Había jurado la noche antes no acercarse más al Casino; ¡pero la costumbre!... Estoy sola. Valeria se ha ido apenas terminó el almuerzo.
La cruel incertidumbre del viejo encontró interminables los momentos que tardó el oficial en volver á su lado. Su Excelencia es muy bueno dijo . Podía fusilarle, pero le perdona. ¡Y aún dicen ustedes que somos unos salvajes!... Con la inconsciencia de su menosprecio, explicó que lo había traído hasta allí convencido de que le fusilarían.
Por último, habiendo sacado el estudiante de Derecho la conversación de toros, nos explicó cómo en Burdeos le habían tomado a él por un torero, y con tal motivo le habían agasajado muchísimo.
En esto se abrió una puertecita contigua a la primera y apareció un hombre en traje de obrero, con una lamparilla de petróleo en la mano. Al ver a aquellos señores les dio las buenas noches y les preguntó lo que deseaban. Hojeda le explicó el caso en pocas palabras.
Rechazó como debía aquella absurda especie del maniquí y explicó cumplidamente la significación que González tenía dentro del municipio y la posición que él mismo ocupaba. Pero lo hizo con tal exaltación y ademanes tan descompuestos que las damas le contemplaban sorprendidas y risueñas.
Disgustáronse un poco al ver a la señora de Maurescamp sentar a su lado al capitán de cazadores, que era entre los convidados uno de los más jóvenes y de menos consideración; pero se iba al día siguiente y esa circunstancia explicó, en cierto modo, el excesivo honor que se le hacía.
«¡Se había olvidado de su mentira!». Explicó lo mejor que pudo su presencia en el Parque a pesar de la jaqueca. El Magistral confirmó su sospecha. Le había engañado su dulce amiga. Estaba el clérigo pálido, le temblaba un poco la voz, y se movía sin cesar en la mecedora en que se le había invitado a sentarse.
Nos explicó muchas cosas útiles, confirmándonos respecto de los tejidos lo que ya sabíamos acerca de otros productos de la industria suiza.
Palabra del Dia
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