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Actualizado: 10 de mayo de 2025
Era un bravo soldado el de Irañeta y podía ocupar lugar excelso en esos extraños fastos eclesiástico-militares, donde están escritas con horribles letras negras las hazañas de Merino, Antón Coll y el Trapense. Navarro fue trasladado al hospital, donde su hermano pudo verle con frecuencia.
Hasta lo más excelso y trascendental se subordina a la moda: ora por moda son creyentes; ora por moda son impíos. A la adulación se hallan tan propensos como el más engreído tirano. Y suelen carecer del buen gusto de que algunos tiranos, protectores de las letras, han dado pruebas brillantísimas.
Desde su muerte acá, no hay año casi en que, ya en el libro o en la revista, no se ocupen del excelso poeta americano, críticos, ensayistas y poetas. La obra de Ingram iluminó la vida del hombre; nada puede aumentar la gloria del soñador maravilloso. Por cierto que la publicación de aquel libro, cuya traducción a nuestra lengua hay que agradecer al Sr. Mayer, estaba destinada al grueso público.
Por entre la malla de su prosa hay pueblos que se hunden, ejércitos que se destrozan, mares que se revuelcan, bosques que caminan. Es raso y es acero. Es guzla y es clarín. Es halago y es centella. Escribe versos que enamoran, filípicas que entusiasman, libros que glorifican. Es diminuto y es excelso. Sencillo y complicado. Es león y paloma. Oruga y colibrí.
Y tras dos guerras por no tener amos, ¡somos mendigos del propio derecho! Hay libertades civiles, hay templos en que se plasman futuras matrices de ideas sanas, hay nobles ejemplos, ¡hay el empeño de hacernos felices! Tiene un programa de sano humanismo el nuevo César plutócrata y rubio, y hasta en el culto a tu excelso heroismo se nos asocia en un sabio connubio.
"anillo de oro hecho pedazos, que ya no es anillo, pero siempre es oro", de Santos Chocano. ¡Y cuán equivocados los neo-versificadores, si así creyeron librarse de hispanismo! ¡El autor de la Sonatina es poeta excelso porque hay muchos, muchos clásicos españoles en su educación literaria; y Mallarmé, por sólo citar un ejemplo, es chozno de Góngora!...
Despójate de tu nombre de Arturo Dimmesdale, y créate uno nuevo, un nombre excelso, tal como puedes llevarlo sin temor ni vergüenza. ¿Por qué has de soportar un solo día más los tormentos que de tal modo han devorado tu existencia, que te han hecho débil para la voluntad y para la acción, y que hasta te privarán de las fuerzas para arrepentirte? Ánimo; arriba, y adelante.
Si antes supiera que la apetecías, antes te la hubiera ofrecido, ¡oh mandarín excelso!» Gonzalo terminó de leer la gacetilla con indiferencia. De pronto, cayó como un rayo sobre su mente la idea de que en aquel cuentecillo se aludía a él. Una ola de sangre subió a su rostro, y se lo encendió como una brasa. Echó una rápida mirada de vergüenza en torno. Estaba solo.
Terminada ésta, partió a su pueblo y, olvidándose de sus promesas de matrimonio, lo contrajo con una paleta rica. Las demás no habían alcanzado este grado excelso de la jerarquía amorosa. Inclinaciones vagas, devaneos de quince días, algún oseo por la calle; nada entre dos platos. Poco a poco se iba apoderando de ellas el frío desengaño. Aunque no hubiesen perdido la esperanza, estaban fatigadas.
Pudiera ofrecer reparos a la de Hornero, pero a la de Pepito, no. La seguridad de no poder llegar jamás, por mucho que le imitase, al grado excelso de elegancia, despreocupación, valor desdeñoso y hastío de todo lo creado, que caracterizaba a su admirado amigo, le humillaba, le hacía desgraciado. Esperanza había puesto el dedo en la llaga que minaba su preciosa existencia.
Palabra del Dia
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