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Actualizado: 4 de octubre de 2025


Cuando algún imprudente tocaba este asunto en visita, todas ellas decían que mientras viviese su padre les costaría mucha pena el casarse; que les parecía cruel abandonar a un pobre anciano que tanto las quería y tanto se sacrificaba por ellas, etc... Aquí venía un elogio caluroso de las dotes espirituales de D. Cristóbal.

16 La palabra del Cristo habite en vosotros en abundancia en toda sabiduría, enseñándoos y exhortándoos los unos a los otros con salmos e himnos y canciones espirituales, con gracia cantando en vuestros corazones al Señor. 17 Y todo lo que hagáis, sea de palabra, o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias al Dios y Padre por él.

Toda la noche la pasé en un puro grito... Después..., después ese tigre de don Máximo no ha venido todavía a pesar de haberle enviado dos recados... ¡Que Dios le perdone!... ¡Que Dios le perdone! Doña Gertrudis cerró los ojos como si se dispusiese a morir sin auxilios temporales ni espirituales. Ricardo, acostumbrado a estos exabruptos, permaneció buen rato silencioso.

Las acciones que el hombre exercita, ó son materiales y corporeas, ó espirituales. El Alma es á la verdad la causa principal de todas; pero se diferencian entre , porque las primeras se executan por disposicion del cuerpo, y las segundas especialmente existen en el Alma.

Don Cayetano contuvo su verbosidad, comprendió que algo deseaba decirle el Magistral, que estorbaba Glocester; recordó de repente que él también quería hablar al Provisor, y como en casos tales no se mordía la lengua, cortó la conversación diciendo: ¡Ah! ¡pícara memoria! don Fermín, una palabra, con permiso del señor Arcediano... es decir, no es una palabra, tenemos que hablar largo... son intereses espirituales.

Poema tranquilo y dulce la una; poema sombrío y desgarrador la otra; dos grandes mujeres, consideradas en cuanto al corazón, pero puestas en condiciones enteramente distintas: la una, altiva con su dignidad de mujer y de nobleza de raza; la otra, humilde, paciente, devorando en silencio las contrariedades de su nacimiento y de su vida; las dos hermosas, espirituales, codiciadas, celebradas; las dos hablando con lenguaje tentador, elocuente, al joven.

Convénzase usted, en esto, como en otras cosas, todo es ponerse a ello, todo es empezar... Imagínese usted lo bien que estará cuando se nos reforme; vivirá feliz y considerada, tendrá un nombre respetable, y habrá quien la adore, no por sus gracias personales, que maldito lo que significan, sino por las espirituales, que es lo que importa.

Cuando hablo de pasiones, no me refiero únicamente á las inclinaciones fuertes, violentas, tempestuosas, que agitan nuestro corazon como los vientos el océano; trato tambien de aquellas mas suaves, mas espirituales, por decirlo asi, porque al parecer estan mas cerca de las altas regiones del espíritu, y que suelen apellidarse sentimientos.

Pero aún es tiempo, que siempre lo tenemos mientras Dios nos deje la vida; aún es tiempo de aprovecharla para ganar el cielo; esto es lo que yo pido con toda mi alma al terminar este libro, rogándole derrame sobre y sobre todo cuanto me pertenece, sus espirituales bendiciones. En cuanto a las bendiciones temporales, ¿para qué he de pedírselas mientras no sean necesarias para el cielo?

Para la elección de estado hay que meditar mucho antes, poniendo el pensamiento en Dios y en la santísima Virgen, tal como lo dispone en sus «Ejercicios Espirituales» el bienaventurado y glorioso compatriota nuestro San Ignacio de Loyola.

Palabra del Dia

mármor

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