Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 20 de junio de 2025


Al mismo tiempo, la marquesa, desde que conocía a la Esfinge, ardía en curiosidad de saber de dónde procedían las intimidades de Guzmán con aquella singular familia; pues estaba segura de que a su amigo le sobraba siempre el dinero, y no podían ser necesidades de esta clase los motivos del conocimiento.

Las tiendas europeas de hoy, híbridas y raquíticas, sin carácter local, han desterrado la tienda porteña de aquella época, de mostrador corrido y gato blanco formal sentado sobre él a guisa de esfinge. ¡Oh, qué tiendas aquellas!

Al punto nada vieron, sino la llama temblorosa de una lamparilla; luego aparecieron, como esfumadas, las figuras principales del cuadro: un franciscano, rezando bajo descomunal y tétrico crucifijo; en un rincón, la Pepa, silenciosa como una esfinge; a la cabecera del lecho, Casilda... Sobre la blancura de las almohadas, destacábase la cara lívida del muerto, con los ojos todavía abiertos, vueltos del lado de la puerta, por donde acababa de aparecer Gregoria; esta mirada de ultratumba, figurósele a la triste arrepentida señal de eterno y enconado reproche, y sacudida por temblor convulsivo, se precipitó en el cuarto y fué a prosternarse delante del padre que había ofendido, derramando sinceras lágrimas.

¿Este peñasco misterioso y extraño exaltaría la imaginación de un Hamlet? ¿Es la ruina de un castillo? ¿Es un enorme delfín? ¿Es un tiburón? ¿Es una esfinge que mira al mar, o la cabeza pensativa de un sabio? El hombre de la costa no ha querido que sea un delfín, ni un tiburón, ni una ruina; ha decidido que sea la cabeza de un monje y le ha llamado así, en vasco: Frayburu.

La Esfinge, implacable, trató de ennegrecerla y ahondarla todavía más. Su marido se lo impidió con una mirada que tuvo toda la fuerza de un discurso para su corazón de madre. Ángel se levantó aturdido y mudo para retirarse de allí, y al mismo tiempo extendió el brazo para recoger el retrato de Luz, que estaba sobre la mesa.

La esfinge sospecha que Fidel la ama, y á ella no le disgusta Fidel, el cual, tan apasionado se halla, que ni siquiera admite la posibilidad de su dicha. Fidel no le ha hablado nunca; pero la saluda con los ojos cuando la ve sola detrás del cristal, y ella le contesta del mismo modo..... (

En seguida, y mientras quedaba el droguero como fascinado, con los ojos muy abiertos y la mano en el aire, volviose hacia la Esfinge; la hizo una elegante reverencia; y, sin acabar de enderezar el talle, salió por donde había entrado, acompañada de unos cuantos campanillazos que se oyeron, en virtud de otros tantos tirones que dio a un cordón la Esfinge desde su asiento, para que abrieran la puerta de la escalera; de un sin fin de excusas del complaciente Núñez, y de estas pocas palabras entre dientes, con que la droguera contestó al saludo.

Fortunata prestó atención a lo que allí pasaba; pero sin abandonar su postura de esfinge. Cuando la viuda volvió a la sala, ya eran más de las diez.

Entonces Isidora vio que la marquesa sacó unos lentes de oro, y aplicándolos a sus ojos, la miraba, la observaba detenidamente, callada, fría, como si examinara un objeto raro, pero no tan raro como para despertar admiración. Isidora creyó que la señora había estado mirándola siglo y medio, año más, año menos. Al fin, de aquella hermosa esfinge con lentes salió una palabra.

Quien saliese de Lóndres después de haber estudiado una sola de las faces del coloso, verdadera esfinge de la humanidad, llevaría las ideas mas erróneas, creyendo, según la parte de fisonomía que hubiese visto, que Lóndres es todo opulencia maravillosa, todo progreso y bienestar, ó bien todo miseria, inmundicia y degradacion suprema.... Examinemos, pues, á Lóndres, empezando por sus calles.

Palabra del Dia

metropolitanos

Otros Mirando