United States or British Indian Ocean Territory ? Vote for the TOP Country of the Week !


En un rincón el espejo; en otro un escritorio de madera taraceada estilo Pompadour; en los otros dos unas columnas forradas de terciopelo azul sosteniendo dos quinqués que esclarecían ahora la estancia.

, señor dijo Bermúdez sacudiendo con el dedo meñique en un cenicero de porcelana que había sobre la mesa escritorio, la ceniza de su medio cigarro: para que nada falte en este malhadado asunto, hasta hay de por medio su rasgo de novela; ese toque romántico del salvamento de la protagonista.

Yo tenía en Madrid un escritorio dice el ; pero este escritorio era muy oscuro. Cuando venían a que yo escribiera una carta, yo tenía que encender una luz. Esto era un gasto terrible; además, en el escritorio había mucha humedad.

En el orden interno del escritorio, don Eleazar era de una severidad que rayaba en crueldad; jamás una licencia, un respiro, un descanso para sus dependientes.

Valerosos capitanes de escritorio, poetas de la aritmética, con el atrevimiento de los conquistadores, pusiéronse al frente de estos ejércitos de soldados anónimos a los que no conocerán nunca... Y en ochenta años han hecho suyo el mundo, como no lo dominó ningún ambicioso ilustre. Maltrana hablaba con tono oratorio del gran milagro del dinero moderno.

Fermín pasó frente a la puerta de lo que llamaban el Tabernáculo, un pabellón ovalado, con montera de cristales, inmediato al cuerpo de edificio donde estaban el escritorio y la oficina de expedición. El Tabernáculo contenía lo más selecto de la casa.

Francisca me miró un instante en silencio, registró mi escritorio, descubrió mi diario y leyó las últimas páginas sin que yo pensase siquiera en oponerme. ¡Vamos! esto es... Estás cogida, mi pobre amiga... ¿Cómo cogida?... , estás chiflada por el señor Baltet. Chiflada... Ciertamente... Le amas... ¿Comprendes ahora?

Pero, en suma, ¿qué podrían decir? Los embustes que todos repetían en Villaverde, y ¡nada más! Cuando me levanté de la mecedora para cerrar el balcón, daban las doce en el reloj del escritorio. Allá, en el fondo del jardín, seguía cantando el trovador alado.

Y a nuestro Astrólogo no le habían dado sepultura, sobre las barajas de un testamento que había hecho unos días antes y descubrieron en un escritorio unos deudos suyos, y estaba la justicia poniendo en razón esta litispendencia. Camarada le respondió el Estudiante , acordéme de la calle Mayor de Madrid y de su insigne paseo a estas horas, hasta dar en el Prado.

Pero su gozo era impaciente. ¿Cuándo pensaba Fermín ver a Mariquita? Hombre, iré mañana. En el escritorio estamos muy atareados en la liquidación de fin de año. Las cuentas de los ingleses me dan mucho quehacer. El mocetón hizo un gesto de contrariedad. ¡Mañana!... Una noche más de no dormir, de llorar su desgracia, de incertidumbre cruel no sabiendo si debía esperar algo.