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Actualizado: 28 de junio de 2025


Viéndose en el mundo vulgar, como simple mujer de labrador, después de haber sido primera dama en el Paraíso, tuvo que hacerse á toda prisa un manto de hojas secas que la protegiese del frío y le permitiera mostrarse con un aspecto de persona decente ante los seres celestiales.... Pero ¿cómo puede una señora tener buen aspecto llevando siempre el mismo vestido?... Esto equivalía, además, á colocarse al mismo nivel de los animales inferiores, que desde que nacen hasta que mueren llevan siempre el mismo pelaje, las mismas plumas ó el mismo caparazón.

Allí era donde más intolerable resultaba el olor de alcohol. Parecían impregnados de él los alientos y la ropa de toda la gente. Vió Batiste á Pimentó y á sus contrincantes sentados en taburetes de fuerte madera de algarrobo, con los naipes ante los ojos, el jarro de aguardiente al alcance de una mano y sobre el cinc el montoncito de granos de maíz que equivalía á los tantos del juego.

Los monjes aseguraban que cada puntada equivalía para Dios a una cuenta del rosario.

Tenia el don de lenguas no ménos que el Sirio; y no oyendo hablar á nuestros átomos, suponia que no hablaban: y luego ¿cómo habian de tener los órganos de la voz unos entes tan imperceptibles, ni qué se habian de decir? Para hablar es indispensable pensar; y si pensaban, tenian algo que equivalia al alma: y atribuir una cosa equivalente al alma á especie tan ruin, se le hacia mucho disparate.

Fue ella la que habló, pero sin mover los labios, con un parpadeo malicioso que transfiguraba su rostro, dándole el rictus de una hembra prehistórica agitada por la pasión. De sus labios salió un leve silbido que equivalía a una orden imperiosa; al mismo tiempo agitó el índice de su diestra como si le llamase.

Debes educarlo para la patria y hacer de él un buen ciudadanoDespués de esto, le dijo algunas palabras que se referían a mi padre, y le hizo tener alguna esperanza en su libertad. Acaso a esta entrevista fue debido el que no lo encausaran y lo dejaron olvidado en la cárcel. En aquella época, toda formación de una causa, equivalía a una sentencia de muerte.

La última corrida en Madrid había acabado de descorazonar a don José. No; Gallardo no era como otros espadas que siguen adelante al través de las silbas del público, dándose por satisfechos con ganar dinero. Su matador tenía vergüenza torera, y sólo podía mostrarse en el redondel para ser acogido con grandes entusiasmos. Quedar medianamente equivalía a una derrota.

Doña Flora, ya que no podía inspirar una pasión formal, ni quitarse de encima la gravosa pesadumbre de sus cincuenta años, no hubiera trocado aquel papel por otro alguno, pues el centro general de las noticias casi equivalía en aquel tiempo a la majestad de un trono.

El gaucho levantó los hombros y contestó con frialdad, como si quisiera dar fin á este diálogo: ¡Me han atribuido tantos crímenes, sin poder probarme ninguno!... Continuó el baile en el «Almacén del Gallego» hasta las diez de la noche. En un país donde todos se levantaban con el alba, equivalía esta hora á las de la madrugada, en que terminan las fiestas de las grandes ciudades.

Lo que más extrañeza y susto le causó fue observar que Primitivo, después del suceso, no se recataba ya para mirarle con fijeza terrible, midiéndole con una ojeada que equivalía a una declaración de guerra. Julián no podía dudar que estorbaba en los Pazos: ¿por qué?

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