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Actualizado: 5 de junio de 2025
Era listillo y valiente; y en cuanto llegó el balandro de Inglaterra, por recomendación de Leto se encargó de hacer en él los mismos servicios que en el bote. Si Cornias estaba entusiasmado con aquel barco tan hermoso, el inglés estaba chocho con Cornias, por su tipo, por su afabilidad y por su inteligencia para aprender las maniobras.
Un picador de su cuadrilla, el llamado Potaje, fue derribado del caballo, quedando al descubierto junto a los cuernos, y el maestro, agarrado a la cola de la fiera, tiró con hercúlea fuerza, obligándola a girar hasta que el jinete quedó a salvo. El público aplaudió entusiasmado. Al llegar la suerte de banderillas, Gallardo quedó entre barreras esperando el toque para matar.
»No, no le dije: esa alma tan noble y pura debe permanecer aún sobre la tierra; es nuestra, nos pertenece. »Sí, tienes razón me contestó, entusiasmado; esa alma es tuya, tuya... Porque sólo tú puedes elevarla hasta el cielo o hundirla en los abismos; sólo tú puedes hacerme dichoso o quitarme la vida. ¡Oh, Juanita!
Luis, entusiasmado por la admiración de las dos muchachas sentadas junto a él, quiso mostrarse en toda su grandeza heroica, y repentinamente arrojó una copa a la cara del Chivo, que estaba enfrente. La fiera del presidio contrajo su carátula feroz e hizo un movimiento para incorporarse, llevándose una mano al bolsillo interior de la chaqueta.
En lugar de responder a esta pregunta, Stein sacó su flauta y repitió la misma melodía. Entonces el duque vio que se les acercaba medio corriendo, medio saltando, una joven morena, la cual se detuvo de pronto al verle. Esta es mi mujer dijo Stein ; mi María. Que tiene dijo el duque entusiasmado la voz más maravillosa del mundo.
Entonces tú serías la refulgente estrella, Que iluminases pura la fatigosa huella Que el hombre en este mundo tiene que atravesar; Entonces tú serías el sol de mi existencia, Entonces estasiado de amor en tu presencia De amor entre tus brazos quisiera yo espirar. Entonces por tus gracias celestes inspirado La lira del poeta pulsára entusiasmado Y á tí te dedicára mis cánticos de amor.
Cedió el padre al fin, y lo puso de alumno en el taller del pintor Ghirlandaio, quien halló tan adelantado al aprendiz que convino en pagarle un tanto por mes. Al poco tiempo el aprendiz pintaba mejor que el maestro; pero vio las estatuas de los jardines célebres de Lorenzo de Médicis, y cambió entusiasmado los colores por el cincel.
Calló un momento y prosiguió con dulce risa, como quien de súbito tiene una idea que le agrada: Esta injusticia quiero remediarla yo; pero necesito antes que tú me proclames y me jures por tu reina. Sé mi súbdito fiel. Sométeteme. Júrame por tu reina y tu reina te premiará. Júrame. Don Paco se sometió sin más resistencia. Se hincó de rodillas a los pies de ella y exclamó entusiasmado: ¡Te juro!
Pero hacía más que leer, declamaba; y, con cierto miedo de que su marido se hubiera vuelto loco, pudo ver la Regenta que don Víctor, entusiasmado, levantaba un brazo cuya mano oprimía temblorosa el puño de una espada muy larga, de soberbios gavilanes retorcidos.
Y añadía con expresión cariñosa, que contrastaba con su carácter rudo y taciturno: Ven, Gabriel: te esperamos en mi casa. Cuando te canses de hacer compañía a tu sobrina y de oír a ese loco de don Luis, sube un rato. No podemos pasar sin tu palabra. Don Martín está entusiasmado desde que te oyó la otra tarde. Desea verte; dice que iría de un extremo a otro de Toledo por escucharte. Quiere que le avise así que te decidas a reunirte con los amigos; y eso que don Antolín, hablando con él, te puso de loco y de hereje que no había por dónde cogerte...
Palabra del Dia
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