Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 16 de mayo de 2025
A solas contigo, no sé disimular: todo lo confieso: pienso alto. No me lo agradezcas. Yo soy quien debe mostrarte su gratitud. Si yo no pudiera decir a alguien lo que siento, si no te tuviera a ti para decirlo, creo que mi corazón estallaría como una bomba. Pues, hija mía, di cuanto se te ocurra, que pronto estoy a escucharte y a consolarte si puedo.
ABIND. Detente, Jarifa mía, Que si escucharte podía, Fué querer tu amor probar. Escucha, espera. JARIFA. ¿Qué quieres? ABIND. Que menos traidor me nombres, Que jamás los nobles hombres Se burlan de las mujeres. Oye, espera, por tu vida; No me hagas correr tras ti, Que apenas me tengo en mí De dolor de cierta herida.
No me hubieras olvidado tan pronto. ¿Merecías otra cosa? En fin, ni tú debes hablar más, ni yo escucharte. He venido, ¿qué se yo?, por debilidad, por miedo a que tuvieras el atrevimiento de plantarte en mi casa. Estaba resuelto. Pues si es verdad que me has querido, que aún me quieres, demuéstramelo... dejándome vivir tranquila y no te guardaré rencor, es más, te lo agradeceré con toda mi alma.
Y añadía con expresión cariñosa, que contrastaba con su carácter rudo y taciturno: Ven, Gabriel: te esperamos en mi casa. Cuando te canses de hacer compañía a tu sobrina y de oír a ese loco de don Luis, sube un rato. No podemos pasar sin tu palabra. Don Martín está entusiasmado desde que te oyó la otra tarde. Desea verte; dice que iría de un extremo a otro de Toledo por escucharte. Quiere que le avise así que te decidas a reunirte con los amigos; y eso que don Antolín, hablando con él, te puso de loco y de hereje que no había por dónde cogerte...
Pepita bajó los ojos indecisa y pensativa. No osaba mirar á su novio como si temiera que este leyese en su pensamiento. Dí, mi vida seguía preguntando el ingeniero. ¿Y si se oponen á nuestro amor?... Si nos separan ¿que harás tú? La joven eludió la respuesta, diciendo con ternura: Yo te quiero mucho, Fernando. Te amo. Lo sé, y mi alma se llena de alegría al escucharte.
Cualquiera al escucharte, no viéndote, creería que no tenías miedo. Y estás temblando, Lerma. Temblando como un ratón delante del gato.
-Di como quisieres -respondió don Quijote-; que, pues la suerte quiere que no pueda dejar de escucharte, prosigue. «Así que, señor mío de mi ánima -prosiguió Sancho-, que, como ya tengo dicho, este pastor andaba enamorado de Torralba, la pastora, que era una moza rolliza, zahareña y tiraba algo a hombruna, porque tenía unos pocos de bigotes, que parece que ahora la veo.»
Palabra del Dia
Otros Mirando