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Actualizado: 4 de julio de 2025
Sospechando que fuera una víctima futura del acompañante, le interrogó sobre lo que andaba haciendo, y le encontró muy reservado y poco dispuesto a hablar de sus intenciones y miras. Silvita, colorado hasta las orejas, se entretenía en mascar unas hojitas de sauce. El sargento se llevó los dos ciudadanos a la comisaría y allí se descubrió el pastel.
Contestó el Embajador «que Antonio Pérez y los demás acogidos á Francia, á todos es muy manifiesto que eso fué en tiempo de la guerra y no después de la paz hecha .» Pero un documento de mayor importancia, que no conocieron Bermúdez de Castro ni Mignet, explica con mayor claridad por qué el Duque de Lerma entretenía indefinidamente la solución tan esperada.
Y cuando llegaba aquí lloraba el pobre anciano, daba a su nieta un sonoro beso en la frente; y después, casi siempre la hacía un regalo. Ella le entretenía hasta hacerle reír con el relato de sus travesuras de colegiala, o con el de los recursos a que apelaba para templar la iracundia de su hermano, cada vez que, por obra de caridad, se acercaba a él; y así llegaba la hora de marcharse.
Y como la impresionable joven, cuando se entretenía en ver las cosas por su faz risueña y en hacer combinaciones felices llegaba a límites incalculables, empezó a ver llano y expedito el camino que antes le pareciera dificultoso; pensó que se le abrirían voluntariamente las puertas que creyó cerradas, y que todo iba bien, perfectamente bien.
Al pasar por el Mercado Nuevo, nos apeamos, recorrimos una de sus espaciosas galerías, vimos camarones, compramos por valor de un franco de esta fruta marítima, tornamos al coche, y en el momento de montar, levantamos los ojos, y vimos á una jóven como de diez y ocho á veinte años, que, sentada en el balcon de un piso segundo, se entretenia en dar muchos besos al pico de un loro.
También usted se apura ahí por una chanza, por una tontería, lo mismo que si ya todo el mundo le señalase con el dedo.... Se necesita una vara de correa para vivir entre gentes. A este paso no le arriendo la ganancia, porque no va a sacar para disgustos. Caviloso y cejijunto, había cogido Julián un palito que andaba por el suelo, y se entretenía en clavarlo en la hierba.
Mi tío se entretenía en contarme la vida y milagros de cada aldeano que pasaba por delante de nosotros, saludándonos humildísimamente; provisto ya de su miserable tajada, objeto de sus ahorros de un mes.
Pero su exquisita delicadeza le prohibía ese inconsciente egoísmo, y si no le hablaba de su padre, al que, según ella, no había conocido, en cambio entretenía piadosamente la memoria de su madre en el corazón del huérfano.
Tan pronto le daba una en la mano, como alzaba con muchas una especie de pirámide; la nené se entretenía en derribarla o forjarse la ilusión de que la derribaba, pues realmente una patada de Perucho hacía el milagro. Reía ella lo mismo que una loca, y pedía impaciente, por señas, que le renovasen el juego. Pronto se cansó de él. Con todo, estaba de buen humor, gracias a la compañía de Perucho.
Otras noches se entretenía la joven discurriendo que la hora de la Puerta del Sol y la hora de la Panadería se enzarzaban. Empezaba esta, y le respondía la otra. De tal modo se confundían los toques, que no conociera aquella hora ni la misma noche que la inventó.
Palabra del Dia
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