Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 9 de mayo de 2025


Sancho se le humilló y le dijo: -Después que bajé del cielo, y después que desde su alta cumbre miré la tierra y la vi tan pequeña, se templó en parte en la gana que tenía tan grande de ser gobernador; porque, ¿qué grandeza es mandar en un grano de mostaza, o qué dignidad o imperio el gobernar a media docena de hombres tamaños como avellanas, que, a mi parecer, no había más en toda la tierra?

"En eso es inimitable y, junto con la excelencia del diálogo, infunde a su obra una vida que nos atrae hasta cuando no podemos aprobar el conjunto." De este modo, a Lope no podemos juzgarlo por media docena de obras.

Abultaban su volumen una docena de zagalejos bajo la rameada falda, y cuando se sentaba abría las piernas de tal modo, que, combándose las ropas, formábase entre sus muslos de yegua rolliza un abismo insondable.

Algo cuadrado, informe, plantado allí como un monolito de la época de los cataclismos siderales. A la entrada, pero dentro de la línea de edificación, una docena de enormes columnas que concluyen truncas... en el vacío. No sostienen nada, no tienen misión de sostener nada, no sostendrán jamás nada.

San Vicente, notable para , por ser el primer sitio del mundo donde lo que llaman esclavos, seres desgraciados tan dignos como el primer hombre libre, es un miserable lugar que cuenta solo una docena de casas: allí tiene la Empresa de los vapores depósito de carbon de piedra: esta es la causa de detenerse en semejante sitio, de otro modo nadie se pararia.

La reducción de las islas como hemos dicho, quedó ultimada en absoluto á principios del siglo XVIII. Pero, ¿qué quedó de aquella reducción? Una docena de peñascos deshabitados en su mayor parte, y un pequeño pueblo al cual había que atender con cuantiosas sumas, á fin de darle vida al par que actividad y movimiento.

Joven dijo, basta ya de cabalgar solo o poco menos, por estos alrededores. No puede usted volver a hacerlo, sin que le acompañemos media docena de nosotros. ¿Sabe usted lo que le ha pasado a Berstein? El caballero de este nombre, uno de los de mi séquito, era un arrogante mozo, casi tan alto como yo, y de caballo muy parecido al mío.

Dejóla el alguacil en la cárcel y vino a casa, y halló en ella a todos mis compañeros y a con ellos. Traía media docena de corchetes, verdugos de a pie, y dio con todo el colegio buscón en la cárcel, adonde se vio en gran peligro la caballería. Libro Tercero: Capítulo IV: En que trata los sucesos de la cárcel, hasta salir la vieja azotada, los compañeros a la vergüenza y él en fiado.

La multitud abrió paso, y veloces, con ciego impulso, como espoleadas por el terror, pasaron una docena de muchachas despeinadas, greñudas, en chancleta, con la sucia faldilla casi suelta y llevando en sus manos, extendidas instintivamente para abatir obstáculos, un par de medias de algodón, tres limones, unos manojos de perejil, peines de cuerno, los artículos, en fin, que pueden comprarse con pocos céntimos en cualquier encrucijada.

Más allá de estos corros femeninos en torno de las mesas de , media docena de músicos, uniformados lo mismo que los camareros, agrupábanse sobre una tarima, alrededor de un piano de cola. Sus cabezas rubias de germanos y los arcos de sus violines destacábanse sobre los rectángulos luminosos de cuatro ventanas que cerraban la perspectiva.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando