Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 26 de junio de 2025


Y el le dixo, Que quieres? {Ella} le dixo, Di que še aššienten eštos dos hijos mios el uno

Ansí que, bien puedes darte paz y sosiego en esto de creer que son los que dices, porque así son ellos como yo soy turco. Y, en lo que toca a querer preguntarme algo, di, que yo te responderé, aunque me preguntes de aquí a mañana.

No hace todavía dos años que pasando por la Carrera de San Jerónimo di con un amigo periodista, que me dijo al tiempo de saludarme: Vaya usted por la calle de Sevilla y verá V. a Pelayo del Castillo acostado en la acera.

Y de pronto se le iluminó la cara con un fugaz resplandor de alegría, mientras aun su corazoncito soliloquió: ¡Ah, pero tengo un hermano!... Tengo a Salvador; lo había casi olvidado.... Di, Salvador, ¿eres hermano mío?... Yo quiero que lo seas..., yo quiero irme contigo, Salvador.... Y se quedó escuchando, como si su amigo fuese a responder, como si fuese a llegar en aquel momento.

Al llegar al extremo de la calle sentí la necesidad imperiosa de verla otra vez, y di la vuelta, no sin percibir cierta vergüenza en el fondo del corazón, pues ni mi edad, ni mi estado, me autorizaban semejantes informalidades; mucho menos tratándose de tal criaturita. Ya no estaba en el balcón.

LEONIE. Ahora hay algo menos que hacer, a causa de la marcha de los norteamericanos. Dentro de poco no nos quedará mas que la clientela ordinaria... CIRILO. ¡Ah...! ¿Se dedica usted a los negocios? LEONIE. ¿A qué negocios...? CIRILO. Yo creía... Acabo de ver en la puerta una placa comercial... LEONIE. Y como no me los pedías, yo no te los di.

El recuerdo de aquellos promontorios negruzcos, del mar gris, de los pantanos fangosos, me horrorizaba. Pasé la noche en el campo, y a la mañana siguiente, al salir el sol, entré en el puerto de Wexford. Había una goleta que iba a Saint-Malô. Hablé con el capitán para que me llevara, y tuve que vencer su resistencia. Le di el dinero que tenía y prometí pagarle más al llegar a Francia.

A mi amo apadrináronle unos colegiales conocidos de su padre y entró en su general, pero yo, que había de entrar en otro diferente y fui solo, comencé a temblar. Entré en el patio, y no hube metido bien un pie, cuando me encararon y comenzaron a decir: «¡Nuevo!». Yo por disimular di en reír, como que no hacía caso; mas no bastó, porque llegándose a ocho o nueve, comenzaron a reírse.

Pero por ahora no la veo.... , Remigio, ¿no puede trasladarse aquí? ¿Se ha quedado en la cama? Ahí está el caso, señor , dijo el criado dando vueltas a la gorra y bajando los ojos como si temiese dar una noticia muy grave . La cuestión es que una de las yeguas, la Primitiva, está enfosada. Calderón se puso pálido. ¿Pero no puede venir?

La he encontrado en San Francisco, hace tres meses, y justamente porque tuve el convencimiento de que la tenía delante, di por terminado mi viaje y he vuelto á Francia. El entusiasmo que este relato produjo en Marenval fué más fuerte que su escepticismo. Se levantó, dió la vuelta al comedor y dijo con voz entrecortada: ¡Increíble! ¡Asombroso!

Palabra del Dia

irrascible

Otros Mirando