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En los varios retratos que de ella hizo Nicolás Lancret, el único pintor que ha rivalizado con Watteau en frivolidad y elegancia, la Camargo aparece en la plenitud deslumbradora de su gracia.

Pero aun en medio de aquella deslumbradora luminaria, de aquel incendio de cera que reverberaba en su rostro, veíasele palidecer y pasarse la crispada mano por la frente, como si buscara arrancarse, a pedazos, alguna visión. No faltaban, por cierto, razones a su dolencia. Los desengaños cortesanos fueron el comienzo de su desgracia.

La presencia de Urbási, deslumbradora de hermosura, excitó la admiración de todos. En el alma de Morsamor se avivó con violencia el amoroso fuego. El andar de Urbási más parecía de deidad que de criatura humana.

La blancura deslumbradora de sus casitas, que cada pocos días enjalbegan las mujeres, la estrechez de sus calles, la limpieza extraordinaria de sus patios y zaguanes, acusan la presencia, por muchos años, de una raza fina, culta, civilizada, que ha dejado por los lugares donde hizo su asiento hábitos graciosos y espirituales. El pueblo es pequeñísimo: al instante se sale de él.

Sabido es lo que eran las córtes en España bajo la casa de Austria. La guerra de los comuneros habia sido la última llamarada deslumbradora de la antigua representacion nacional: despues de ella nada quedó del principio democrático, nada de la independencia nobiliaria, nada del predominio del alto clero.

Todos los sentimientos, desde los más exageradamente nobles y más tiernos, hasta las pasiones más violentas y el odio más implacable, supo pintarlo con los rasgos más persuasivos; todos los caracteres y todos los tipos humanos con la verdad más deslumbradora, trazando de este modo la personificación completa de las manifestaciones más notables de la vida.

El anciano Don Lope de Figueroa, hombre endurecido por su larga vida militar, franco y violento, pero de buen corazón en el fondo; después el valiente Pedro Crespo, que representa á la perfección al campesino español, con sus rasgos más nobles, fiel á su Rey y á su deber, y de una firmeza inflexible; el capitán, orgulloso y libertino; Chispa, la despierta vivandera; los personajes de Juan y de Isabel, de una lozanía encantadora y llena de gracia; finalmente, los diversos soldados, poco escrupulosos y crueles, pero también simpáticos por su franqueza, forman todos una serie de personajes muy diversos entre , de una verdad deslumbradora, y que nos hacen acordarnos del poeta inglés, el gran pintor de caracteres.

Yo he creído ver la gloria y esplendor de tus atributos, y te he amado y alabado.... ¿Por qué, pues, no me mostraste con nitidez tu beldad, en la pura idea, allá en lo hondo del pensamiento mío? ¿Por qué esta beldad, reflejo tuyo, ha hecho su aparición deslumbradora, lejos de ti y fuera de , hiriendo lo profundo de mi ser, no de un modo inmediato y espiritual, sino por medio de los sentidos groseros?

Todos conocieron a Chisco en cuanto le vieron así; pero ¡horror de los horrores! en el sitio en que había estado apoyada su cabeza quedaba un manchón de sangre que se distinguía perfectamente sobre la blancura deslumbradora de la nieve.

Es imposible meditar sobre ambas inspiraciones de la conducta y la sociabilidad, y compararlas con las que les son opuestas, sin que la asociación traiga con insistencia a la mente la imagen de esa democracia formidable y fecunda que allá en el Norte ostenta las manifestaciones de su prosperidad y su poder, como una deslumbradora prueba que abona en favor de la eficacia de sus instituciones y de la dirección de sus ideas.