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De celebrar es que el drama español desconociese esas mudanzas de sillas, esas escenas sin personajes y las demás interrupciones de nuestros espectáculos, que á cada instante perturban el curso de la acción. En los trajes eran los españoles de entonces tan poco escrupulosos como en la decoración de sus dramas.

Por lo demás, los franceses mismos, en su literatura patriótica, no han sido nunca tan escrupulosos ni se han parado en barras en lo de molestar con más o menos justicia a naciones que han tenido con ellos algún altercado. Otros dos escritores extranjeros, al ocuparse ligeramente del mismo asunto, han seguido el criterio de Mr. Louis-Lande. A ellos dirijo también estas observaciones.

Ya que tratamos de la ciencia de curar, aunque practicada por saludadores y curanderos, dedicaremos algunas líneas á la profesión de la «flebotomia» que es ni más ni menos que la de los sangradores, y á la cual, los poco escrupulosos amanuenses del siglo XVI, llamaban flonotomia y de aqui flonotomianos. Estos, además, solían ser dentistas y fabricantes de medicinas.

No acertaremos jamás los mínimos y escrupulosos cronistas del señor Joaquín el Leonés, cuál fuese la razón secreta y potísima que le llevó a vedar siempre a su hija el uso del café, cual si fuese emponzoñada droga o pernicioso filtro: caso tanto más extraño cuanto que ya sabemos la afición desmedida, el amor que al café profesaba nuestro buen colmenarista.

Yo infiero de todo, empezando por conceder que en la administración de Cuba hay desórden y despilfarro, necesitados de enmienda, ó que la corrupción no es tan enorme como se dice, ó que son cubanos interesados y poco escrupulosos los que la fomentan, más en detrimento del Tesoro de la Metrópoli que en detrimento de la prosperidad de la isla.

El anciano Don Lope de Figueroa, hombre endurecido por su larga vida militar, franco y violento, pero de buen corazón en el fondo; después el valiente Pedro Crespo, que representa á la perfección al campesino español, con sus rasgos más nobles, fiel á su Rey y á su deber, y de una firmeza inflexible; el capitán, orgulloso y libertino; Chispa, la despierta vivandera; los personajes de Juan y de Isabel, de una lozanía encantadora y llena de gracia; finalmente, los diversos soldados, poco escrupulosos y crueles, pero también simpáticos por su franqueza, forman todos una serie de personajes muy diversos entre , de una verdad deslumbradora, y que nos hacen acordarnos del poeta inglés, el gran pintor de caracteres.

Torné á pasar los ojos por mis comedias y por algunos entremeses míos, que con ellas estaban arrinconados, y vi no ser tan malas, ni tan malos, que no mereciesen salir de las tinieblas del ingenio de aquel autor, á la luz de otros autores menos escrupulosos y más entendidos. Y con esto Dios te salud, y á paciencia

Ya Cervantes, en sus notas escénicas á La Numancia, intenta evitar los groseros anacronismos que se cometían, puesto que indica que los soldados romanos debían llevar armas á la antigua, y aparecer sin arcabuces; y aun después hubo de adelantarse también en la observancia de tales conveniencias, sin ser tan escrupulosos ni eruditos, como acontece en la moderna indumentaria, sino usando ampliamente de las prerrogativas especiales á cada teatro, de subordinar la verosimilitud y la verdad externa á la general poética.

Pero á pesar de lo poco escrupulosos que eran, no podían llegar sino á unas cuantas varas de distancia de ella. Allí se detenían, merced á la especie de fuerza repulsiva de la repugnancia que les inspiraba el místico símbolo.

Fácilmente se explica lo defectuoso de esta división, recordando, que, en los teatros españoles, no se preciaban los directores de ser muy escrupulosos en cuanto se refería á la propiedad escénica, ya en los trajes, ya en las decoraciones, y que, diferenciándolas tan sólo por esta circunstancia externa, quedaba á su arbitrio el ordenarlas en ésta ó en la otra categoría.