Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 8 de junio de 2025
Necesitaba un arma menos embarazosa; tal vez tendría que descender y arrastrarse entre los matorrales. Tiró del interior de la faja, y el revólver se deslizó fuera de su madriguera con la suavidad de una bestia sedosa y tibia. Anduvo a tientas hasta la puerta y la abrió con lentitud, sólo un pequeño espacio, el necesario para asomar la cabeza, chirriando levemente sus groseros goznes.
No supo decir palabra en los primeros momentos; embargole la emoción y una lágrima se deslizó por su rostro honrado y varonil. ¡Oh, María, si supieses qué feliz me haces! le dijo en voz baja y temblorosa . Si tú quisieras llevarme, ¿adónde no iría yo contigo? Tú no puedes comprender lo que ansío que me hables, que me sonrías, que me dirijas.
Levantose el viento con fuerza, sacudió las celosías y agitó las blancas cortinas de un modo fantástico; luego, una niebla gris se deslizó suavemente por encima de los tejados, acariciando las paredes barridas por el viento y envolviéndolo todo en luz incierta e imponente quietud...
Hubo un momento en que Amaury sintió vehementes deseos de retroceder y de decirle a Magdalena a través de la puerta de su cuarto: ¡No salgas, Magdalena! Tu padre vela y podría venir a sorprendernos... Pero en aquel momento se apagó la luz del doctor y apareció en la escalinata una sombra que después de estar inmóvil un momento se deslizó hasta el jardín.
Sánchez Morueta que leía un periódico sin notar la presencia de su mujer, acabó por levantar la cabeza. ¿Qué te parezco, Pepe? dijo ella con una sonrisa que contrastaba con el temblor de su voz. El millonario deslizó una rápida ojeada sobre su incitante esplendor de fruto maduro. No estás mal y fijó de nuevo sus ojos en el periódico. Ahora voy á volver á la elegancia.
Después de dirigir infinitas miradas de ansiedad y temor a la casa del párroco, después de resolverse más de veinte veces y de arrepentirse otras tantas, al fin se deslizó como una sombra por detrás de las muchachas que bailaban y del círculo de espectadores que tenían en torno, y se introdujo en el portal de la casa.
Levantose llena de espanto, y, provista del maléfico cardo, se deslizó hasta la entrada de la cueva; separó la maleza y vio, a unos cincuenta pasos, al loco Yégof que avanzaba a la luz de la Luna; venía solo y gesticulaba, hendiendo el aire con su cetro, como si millares de seres invisibles le rodeasen.
El joven corrió á la cuerda y se deslizó por ella con gran presteza; las piedras lanzadas por las hondas enemigas se estrellaban contra la roca, una le rozó los cabellos y por fin otra le alcanzó en un costado, ocasionándole vivísimo dolor.
Luego se deslizó veloz y silenciosamente por la gran escalera y perdiose de vista.
Por mí, yo podría haberme estado así siglos enteros, dando vueltas alrededor de ella sin animarme nunca a decirle nada; pero, cuando el viejo se deslizó dentro de la pieza con la agilidad de un hurón, gritando: «¡Vamos! ¡el pastor está esperando!...» me enfurruñé, como si eso hubiera contrariado mis intenciones. Ofrezco el brazo a Yolanda... Ábrense de par en par las puertas.
Palabra del Dia
Otros Mirando