Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 10 de julio de 2025
Entró en la habitación, á la sazón desierta, y vió el cofrecillo sobre la chimenea. Era una caja de forma cuadrada con incrustaciones de marfil, como se hacen tantas en Florencia. Debajo, vió Mauricio al volverla, grabadas en la madera, estas palabras: "Pellegrini, via Maggio."
Al volar por los aires, reflejando al sol sus tonos rubios, esmeraldas y oro y plata brillantísimos, parecen flores animadas o mariposas gigantescas. Si abundaban las plantas y los árboles, faltaban, en cambio, absolutamente los hombres. No se descubría rastro siquiera de ellos en aquellas orillas. ¿Se hallaban los náufragos en una costa desierta?
El monte Izarra forma una pequeña península: a un lado tiene el boquete de Lúzaro, al otro, una playa extendida algunos kilómetros entre la punta del Faro y los cantiles pizarrosos de la parte de Elguea. Esta playa es la llamada playa de las Ánimas; playa solitaria y desierta.
Ninguna, á menos que le valiera de algo decir que sus fuerzas estaban quebrantadas en virtud de largos é intensos padecimientos; que su espíritu estaba obscurecido y confuso por el remordimiento que lo corroía; que entre la alternativa de huir como un criminal confeso ó permanecer siendo un hipócrita, sería difícil hallar la decisión más justa; que está en la naturaleza humana evitar el peligro de muerte é infamia y las sutiles maquinaciones de un enemigo; y, finalmente, que este pobre peregrino, débil, enfermo, infeliz, vió brillar inesperadamente, en su senda desierta y sombría, un rayo de afecto humano y de simpatía, una nueva vida, llena de sinceridad, en cambio de la triste y pesada vida de expiación que estaba ahora llevando.
Marchaban por las calles anchas y por las callejuelas apartadas, en pequeños grupos, deseando encontrar a alguien, para que les enseñase las manos. Era el mejor medio de reconocer a los enemigos del pobre. Pero ni con callos ni sin ellos, encontraban a nadie ante su paso. La ciudad parecía desierta.
El carruaje rodaba por la carretera desierta al través de los campos esclarecidos por la luz de la luna. Las nubes volaban también dispersas por los aires. El viento mugía sordamente a lo lejos. Los árboles comenzaban a agitar sus penachos. Ya se divisaba el cercado de la Granja. Luis inclinó la cabeza para despertar a la niña; pero al darla un beso sintió en sus labios el frío de la muerte.
Corrió silenciosamente la puerta, y entre la multitud de pequeños rumores y crujidos de la desierta casa, se le figuró oír una voz débil que cantaba en el piso de arriba. Recordó que éste no era más que un desván utilizado para cuarto de trastos viejos. Casi avergonzada de su acción, subió furtivamente las escaleras, y entreabriendo la puerta, miró hacia adentro.
María Teresa, por lo contrario, gozaba ante aquella playa desierta y le encontraba encantos no sospechados. Después de la partida de la muchedumbre abigarrada y tumultuosa de los bañistas, le parecía que la Naturaleza cambiaba de aspecto.
Es curioso para el viajero ver en la mitad de una llanura desierta y abandonada uno de esos pozos, que tienen como la forma exterior de un horno, donde la impasible mula da vueltas y vueltas para hacer surgir el agua, sin que nadie la guie. El hábito tiene allí el lugar del hombre; el animal trabaja sólo hasta por dias enteros.
Yo conozco muy bien las calles, porque antes venia yo todos los días a vender leche. Le seguí sin oir lo que el mancebo decía. ¡Cómo resonaba en la calle desierta el paso de las cabalgaduras! Aquí! exclamó Mauricio, deteniendo el caballo. No es aquí.... Sí, señor. El zaguán estaba abierto. Por una de las ventanas salía un torrente de luz. Lo comprendí todo.
Palabra del Dia
Otros Mirando