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Actualizado: 2 de mayo de 2025


Se veía en su aspecto que estaba acostumbrada a dominar, a doblegarlo todo, y aun la sonrisa de perpetua amargura que vagaba por su ancha boca, demostraba hasta qué punto acostumbraba a perseguir, sin dejarse detener, la realización de sus planes.

Su rostro, cuando el General se hallaba en semejante estado de quietud, era benévolo y afable. Si alguno se le acercaba en demanda de algo, iluminaba sus facciones una expresión de cortesía y de interés, que bien á las claras demostraba que aun ardía interiormente el fuego sagrado, y que sólo la corteza exterior se oponía al libre paso de su luz intelectual.

Si Mauricio hubiera estado en aquel momento capaz de reflexionar, la ardiente alegría que la señorita Guichard demostraba, le hubiera puesto en guardia contra la facilidad con que acababa de acceder á las pretensiones de la despótica solterona; hubiera pensado que, para empezar, el paso á que se lo obligaba era muy largo y que si el segundo iba á ser del mismo tamaño, le conduciría infaliblemente á la esclavitud.

»Más tarde, monseñor le contestó Carlos con voz dulce y sonrisa graciosa, que parecía querer desarmar el rigor que demostraba Teobaldo. Tenemos tiempo. »No repuso Teobaldo con dureza. Vengo a buscarte, a llevarte; necesitamos partir hoy mismo. »¿Y por qué razón? »Por una muy importante, que ya te explicaré. »No demoren ustedes por nosotros su conferencia, grave sin duda dijo el conde de Pópoli.

En cada rostro de aquellos valerosos soldados leíase el júbilo, el placer que aquella fiesta que á guisa de homenaje le ofrecía el pueblo, que de esa manera demostraba que sabía hacer justicia á sus valerosos y abnegados soldaditos.

Carmen se demostraba celosa de aquella amistad e interrumpía las pláticas de Adriana y Laura protestando: Hemos tenido la dicha de encontrar este encanto de amiga y te la quieres acaparar como si fuese únicamente tuya.

Desde el momento en que se demostraba que era una muchacha vulgar, falsa y vanidosa, el ídolo caía de su pedestal y dejaba de inspirarle amor y respeto. Sobre este tema se extendió muchísimo, acentuando cada vez más el tono digno y resuelto con que había comenzado. Yo procuré afirmarle en su determinación, hallando muy cuerdo todo lo que decía.

Mas cual no sería la sorpresa de los excursionistas al ver que á medida que se internaban en el monte, se presentaban ante su vista pequeñas casitas de yagua, y el humo que despedían las candeladas; todo eso demostraba que horas antes había estado acampada allí alguna numerosa partida de alzados, por lo que hubieron de abandonar aquel lugar teniendo en cuenta que sólo eran seis hombres, de los cuales solamente dos usaban arma larga.

En estas breves interrupciones, doña Rufina demostraba un gran conocimiento del mundo y un pesimismo de buen tono respecto de la virtud. Para ella no había más pecado mortal que la hipocresía; y llamaba hipócritas a todos los que no dejaban traslucir aficiones eróticas que podían no tener. Pero esto no lo admitía ella.

Aunque el señor de Pavol no me apremiaba para que aceptase alguno, me demostraba, sin embargo, las ventajas de cada uno de ellos e insistía algo, para que yo por lo menos consintiese en tratar a mis enamorados.

Palabra del Dia

hociquea

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