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Actualizado: 1 de mayo de 2025
Este encantamiento o autosugestión desaparecen cuando el juicio ajeno se pronuncia en forma de dejarnos «planchando». Todos nuestros optimismos sobre nuestra propia figura se desvanecen ante aquel abandono que nos sume en el más completo desaliento y en la más profunda de las tristezas.
Clarita ha ido más allá. ¡Qué inocencia la suya, tan rara por su enlace con la discreción y el despejo! ¡Qué fe religiosa tan sana y atinada! ¡Qué amor á su madre y qué sumisión á sus mandatos! Clara es una santita en este mundo, y al verla hay que alabar á Dios, que la ha criado á fin de dejarnos rastrear y columbrar por ella lo que serán en el cielo los angelitos y las bienaventuradas vírgenes.
»A pesar mío, mis ojos vertían abundantes lágrimas, y una incertidumbre angustiosa agitaba y oprimía mi corazón. »¿La noche que debía usted bendecir nuestra unión le dije, se alejó de nosotros voluntariamente o se le obligó a dejarnos? »No, lo hizo por sí mismo, obligado solamente por el honor, por el deber. »Una pregunta más, Teobaldo: ¿en su lugar, hubiera usted hecho lo mismo? »Sí, señora.
Pero sabe vucencia que ofrecí dos duros a la tía Higadillos que llevó el pañolón... cétera; cétera. Lord Gray sacó dos duros y los tiró al suelo sin mirar al tabernero, quien tomándolos, tuvo a bien dejarnos solos. Amigo me dijo el inglés ya no me queda nada por ver en las negras profundidades del vicio. Todo lo que se ve allá abajo es repugnante.
Daniel Suárez fue a sentarse, ¡el miserable!, al lado de Gloria, que le recibió con afectado regocijo. Villa y yo nos retiramos hacia la proa; pero al instante fuimos llamados por las damas, que se apresuraron a dejarnos sitio. Villa, aquí tiene usted asiento dijo Isabel, con sonrisa dulce y como avergonzada, señalándole un puesto a su lado. El comandante vaciló un momento, pero fue a ocuparlo.
Determiné, por lo tanto, elevar un modesto panteón de familia donde poder reunirnos, si Dios quiere dejarnos morir, donde juntos habíamos vivido, sufrido y amado tanto. El sitio y la disposición del jardín de Saint-Point se prestaban perfectamente a la realización de mi idea. Hay una colina elevada, como el pedestal de un templo antiguo, en medio del valle que conduce a la iglesia y al castillo.
También Juan Andrea, habiendo tomado á su cargo un baluarte y hecha maravillosa obra en él, pretendiendo ir con las galeras á Sicilia y dejarnos á todos allí, no paresciéndole al Consejo, sin faltar ninguno sino D. Alvaro, que no declaró su voto, sino dijo que lo que se había de hacer que fuese luego, con que D. Juan de Cardona se conformó, habiéndole contradicho siempre, alzó el dicho Juan Andrea la mano del bestión, en que se perdió más de diez días de tiempo.
Al día siguiente los examinaba el Vara de plata, y si encontraba un descuido, imponía multa. Una invención del demonio para no dejarnos dormir camarada. Cuando más, podremos descabezar un sueño. Es preciso ayudarnos. Mientras uno duerme un rato, el otro se encargará de apuntar en esas malditas máquinas. Nada de descuidos, ¿eh, novato? La paga es corta, el hambre mucha, y no estamos para multas.
15 y endureciéndose [el] Faraón en no dejarnos ir, el SE
¡Por Dios, Raquel! no molestes a ese señor... ¡qué va a decir de nosotras! contestaba con un tono de aparente reproche la señora. ¡Señor, señor! ¿quiere dejarnos ver por ahí? insinuó la otra joven. ¡Ah, no, por Dios, no se incomode usted!... Judit, por Dios, cállate repetía la madre con un contoneo de cabeza continuo. El del anteojo continuaba impasible como una estatua, como si nadie le hablase.
Palabra del Dia
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