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Actualizado: 3 de junio de 2025
12 Esta Casa que tú edificas, si anduvieres en mis estatutos, e hicieres mis derechos, y guardares todos mis mandamientos andando en ellos, yo tendré firme contigo mi palabra que hablé a David tu padre; 13 y habitaré en medio de los hijos de Israel, y no dejaré a mi pueblo Israel. 14 Así que, Salomón labró la Casa, y la acabó.
Quiero que seas leal conmigo, como yo lo soy contigo. En cuanto te canses avisas... Aquí no me entres a ningún hombre, porque si algún día descubro gatuperio, me marcho tan calladito y no me vuelves a ver... Lo mismo haré si lo descubro fuera. Si te portas bien, no dejaré de protegerte, ni aun en el caso de que me fuera preciso dejarte».
De aquí a tres días, podrás satisfacer tus deseos. » ¡De veras! exclamó Magdalena, palmoteando como un niño a quien se le promete un juguete deseado con ansia mucho tiempo. »Y aun hoy mismo te dejaré ir sin el auxilio de nadie a sentarte en el maldito sillón. Hay que ensayar las piernas antes que las alas. La señora Braun y yo marcharemos a tu lado por si acaso hubiera que sostenerte.
Por mi parte no dejaré de solicitar la ruina del que los Portugueses tienen en Igatimí, si acaso está en pié. Se me olvidó incluir á V. E. el croquis, de que hablé el 12 de Mayo, que hoy remito: en él verá V. E. ser dudoso el curso que se cree del Ipané, y que sus cabeceras sean las que le atribuyeron los demarcadores últimos.
Me haría usted, D.ª Rafaela, un favor inmenso, que no olvidaría jamás, si la encomendase a Dios en sus oraciones. Con todo mi corazón. Pierda usted cuidado. No dejaré un día de rezar por ella y en el aniversario confesaré y comulgaré por su intención. ¡Oh, señora, eso es demasiado! exclamó Llot abrumado por tanto favor. Eso no significa nada. Ya sabe que yo me confieso cada ocho días.
Cuando yo venga, ¡toma!, de seguro te encontraré en pacífica posesión de la casa de Aransis. ISIDORA. ¡Dios te oiga!... Yo también lo creo así. JOAQUÍN. Es evidente... Nada, nada; es cosa hecha. JOAQUÍN. No lo sé. Dejaré pasar el verano. Papá y el ministro han hablado ya. Aunque en el Congreso se tiran a matar, allá, entre bastidores, son amigos y se sirven bien.
Mira, Híala, ya en mí es un deseo, un delirio, un frenesí el más extremado lo que en tu corazón acaso no será sino un antojo pasajero. Pero ¿perderé mis Estados? ¿Dejaré de llevar a cabo mi venganza? Para mí la venganza es la miel de la vida, y el ponerte al lado de este ídolo y sagrario de mi corazón es el mayor encarecimento de la pasión mía.
24 Y cuando ellos entraron para hacer sacrificios y holocaustos, Jehú puso fuera ochenta varones, y les dijo: Cualquiera que dejare vivo alguno de aquellos hombres que yo he puesto en vuestras manos, su vida será por la del otro. 25 Y después que acabaron ellos de hacer el holocausto, Jehú dijo a los de su guardia y a los capitanes: Entrad, y matadlos; que no escape ninguno.
Llevadme al lecho, que me parece que no estoy muy bueno, y tened por cierto que, ahora sea caballero andante o pastor por andar, no dejaré siempre de acudir a lo que hubiéredes menester, como lo veréis por la obra. Y las buenas hijas -que lo eran sin duda ama y sobrina- le llevaron a la cama, donde le dieron de comer y regalaron lo posible.
¡Bueno he andado yo todo el día! No culpéis, pues, ni á vuestra esposa, ni á vuestra hija, ni á su novio. Yo tengo la culpa de todo, señor Francisco, y yo os prometo que en saliendo de aquí no me veréis más, porque iré á meterme fraile. ¿Y crees tú que yo dejaré que tu crimen quede impune por mi parte? ¡Ah! ¡queréis dar parte á la justicia! Es mi obligación; me lo manda mi conciencia.
Palabra del Dia
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