Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 11 de mayo de 2025
Un coro de súplicas desesperadas, de ruegos dolorosos, llegó hasta el capitán y los soldados que le seguían.... ¡Hermanos, no nos dejéis!... ¡Hermanos, por Jesús!
¿Para salir al tejado? No tanto. Por aquí se sale á las almenas viejas, y por las almenas se entra en los desvanes, y por los desvanes se va á muchas partes. Por ejemplo, al almenar á donde cae la ventana del dormitorio del cocinero de su majestad. Pues no hay que preguntarme otra vez si quiero dijo Quevedo quitándose los zapatos. No dejéis aquí vuestro calzado, porque saldremos por otra parte.
Tampoco compartió la alegría que nos había causado el despertar de Marta. No le habléis cuando vuelva en sí agregó, y sobre todo no la dejéis hablar. Necesita de la menor porción de sus fuerzas. Antes de marcharse me miró largamente y meneó la cabeza con expresión inquieta.
Pero vos no sois culpable del robo de la criatura: ¿VERDAD? Vamos, Mathys, os lo suplico, no me dejéis en esta penosa duda: ¿vaciláis aún? No sé qué responder. Me parece que estoy soñando.
Lo que perdone la farda, lo que dejen las socaliñas y lo que olviden las derramas, tomadlo vos antes que otros de vuestros compatricios; tomadlo, que según vuestros doctores y políticos entendidos, estamos a merced, y lo que nos dejéis, eso debemos agradecer. Con todo ello, bien me place el donaire con que habéis burlado a tanto cristiano viejo.
Pero ¿cómo podrá hacerlo sin que primero le dejéis ver la herida ó pesadumbre de vuestra alma? ¡No! ¡no á tí! no á un médico terrenal! exclamó el Sr. Dimmesdale con la mayor agitación y fijando sus ojos grandemente abiertos, brillantes, y con una especie de fiereza, en el viejo Rogerio Chillingworth. ¡No á tí!
Sí contestó la joven ; le he buscado... porque creía amar á un hombre... desconfiaba de él... necesitaba un bebedizo... pero yo soy cristiana, señor, yo creo en Dios, yo le adoro exclamó llorando la Dorotea. Os he asegurado que nada tenéis que temer dijo el padre Aliaga ; pero es necesario que cambiéis de vida; que dejéis el teatro, y no sólo el teatro, sino el mundo.
Pero os pido y os ruego que dejéis de tejer el domingo; eso es malo para el alma y para el cuerpo. El dinero que se consigue así es un mal lecho de reposo en los últimos momentos, si no se disipa como la escarcha quién sabe dónde. Disculpad que me haya tomado esta libertad con vos, maese Marner, porque os quiero bien en verdad. Aarón, haced vuestra reverencia.
No fué vano mi temor. ¡Don Diego!... ¿Qué sangre es ésta? 380 Matóme doña María, La hija de don Bernardo. ¡Alcaide! ¡Gente! ¿Qué aguardo? Yo muero Con razón, aunque á traición. Muy justa venganza ha sido, Por fiarme de mujer. 390 Mas no la dejéis prender. Yo pienso que habrá salido. Pero ¿por qué no queréis Que la prendan?
¿Habéis oído nunca cosa semejante? le dijo la señora Kimble, algo sorprendida, a su vecina. Ahora, señoras, os ruego que me dejéis pasar dijo el doctor Kimble, saliendo de la sala de juego, bastante fastidiado por la interrupción; pero estaba avezado por el largo ejercicio de su profesión a obedecer a los llamados desagradables, aun cuando había bebido con exceso.
Palabra del Dia
Otros Mirando