Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 20 de noviembre de 2025


Pero como ningún pueblo ocupa una región dada sin legar al que le sucede parte de su cultura y de sus costumbres, no es tampoco extraño que los orígenes del drama germinaran entre las distintas nacionalidades en época anterior á la indicada.

Por el contrario, los pueblos que los portugueses habían vuelto a visitar en el Oriente, abriéndose camino por los mares, se diría que, embelesados en el regalo y deleite de encantados jardines y orgullosos de su primitivo saber y del rico florecimiento de la antigua cultura, permanecían aún parados e inertes.

Los que habían de acabar con esta situación eran la cultura de la gente, las costumbres nuevas, y esto resultaba obra de años y no se conseguía con un matrimonio. Además, los ensayos eran peligrosos y causaban víctimas. Si él tenía empeño en hacer la experiencia, podía escoger a otra que no fuese su sobrina. Y Valls sonrió irónicamente al ver los gestos negativos de Febrer.

Sólo así se podrá componer al cabo una historia completa de nuestra literatura ó de nuestra cultura en general, donde se tase su valor, ya absoluto, ya con relación á la cultura de Alemania, Italia, Francia é Inglaterra, que son los cuatro pueblos que con los de esta Península han estado alternativa ó simultáneamente á la cabeza de la civilización del mundo, desde que empezó la historia moderna hasta hoy.

La ferocidad igualitaria no ha manifestado sus violencias en el desenvolvimiento democrático de nuestro siglo, ni se ha opuesto en formas brutales a la serenidad y la independencia de la cultura intelectual.

Todo esto sin hablar de la mala salud del ministro, que no se prestaba ciertamente á soportar los trabajos y privaciones de la vida de los bosques, cuando sus dones naturales, su cultura y el desenvolvimiento de todas sus facultades le adaptaban para vivir tan sólo en medio de pueblos de adelantada civilización.

Vimos primero los esfuerzos de un hombre lleno de genio, que, entronizándose en Córdoba con su gloriosa dinastía, y con una cultura llena de seducciones, sucesivamente rival y amigo de Carlomagno, disputa al gran organizador de la cristiandad el lauro de civilizador, saca de la rica mina de Bizancio los materiales para su grande obra, y envía la luz sobrante del faro que levantó sobre el Guadalquivir á iluminar la corte del nuevo César.

La idealidad de lo hermoso no apasiona al descendiente de los austeros puritanos. Tampoco le apasiona la idealidad de lo verdadero. Menosprecia todo ejercicio del pensamiento que prescinda de una inmediata finalidad, por vano e infecundo. No le lleva a la ciencia un desinteresado anhelo de verdad, ni se ha manifestado ningún caso capaz de amarla por misma. La investigación no es para él sino el antecedente de la aplicación utilitaria. Sus gloriosos empeños por difundir los beneficios de la educación popular, están inspirados en el noble propósito de comunicar los elementos fundamentales del saber al mayor número; pero no nos revelan que, al mismo tiempo que de ese acrecentamiento extensivo de la educación, se preocupe de seleccionarla y elevarla, para auxiliar el esfuerzo de las superioridades que ambicionen erguirse sobre la general mediocridad. Así, el resultado de su porfiada guerra a la ignorancia, ha sido la semicultura universal y una profunda languidez de la alta cultura. En igual proporción que la ignorancia radical, disminuyen en el ambiente de esa gigantesca democracia, la superior sabiduría y el genio. He ahí por qué la historia de su actividad pensadora es una progresión decreciente de brillo y de originalidad. Mientras en el período de la independencia y la organización surgen, para representar lo mismo el pensamiento que la voluntad de aquel pueblo, muchos nombres ilustres, medio siglo más tarde Tocqueville puede observar, respecto a ellos, que los dioses se van. Cuando escribió Tocqueville su obra maestra, aún irradiaba, sin embargo, desde Boston, la ciudadela puritana, la ciudad de las doctas tradiciones, una gloriosa pléyade que tiene en la historia intelectual de este siglo la magnitud de la universalidad. ¿Quiénes han recogido después la herencia de Chánning, de

No dejó legítima descendencia el Duque D. Perafán, sucediéndole en los Estados de su casa, su hermano D. Fernando Enríquez de Ribera, el cual, asímismo que los títulos y bienes de su antecesor, heredó el espíritu de cultura de aquel, que supo quilatar, al punto de merecer los mayores encomios de sus contemporáneos.

Pues a pesar de esta falta de cultura, que a cualquiera parecerá ridícula, era un hombre que se imponía. Nunca entraban deseos de reírse de él. Había cierta energía en su acento y un desdén oculto detrás de su refinada cortesía, que infundían respeto y hasta miedo.

Palabra del Dia

vengado

Otros Mirando