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Actualizado: 21 de mayo de 2025
Tomaba el primer pedazo de papel que le venía a la mano, y sin cuidarse de guardarlo entre esencias, escribía a su novio con lápiz la mayoría de las veces. ¡Si las mujeres supiesen la importancia de estos miserables pormenores! Venturita había dado vueltas todo el día alrededor de su madre, esperando ocasión de hablarla sin testigos.
Puede al mismo tiempo hacerse lo uno y lo otro y es seguramente lo mejor; pero hay que cuidarse mucho, porque sucede con frecuencia que un bello casamiento es todo lo contrario de un buen casamiento, porque deslumbra y por consiguiente enceguece. Un bello casamiento para una joven que, como la señorita Latour-Mesnil, debía llevar quinientos mil francos de dote, constituye tres o cuatro millones.
Miranda cubría las formas sociales exhortando a Pilar a «cuidarse» y «no hacer tonterías», todo ello dicho con el calor ficticio que muestran los egoístas cuando se trata de la salud ajena.
Pero llegó un momento en que el joven sintió su situación embarazosa. Elías continuaba en voz baja su soliloquio sin cuidarse de él; era preciso marcharse; y eso de marcharse sin satisfacer un poco la curiosidad y hablar otro poco con la joven, no le gustaba.
JOAQUÍN. Los langostinos estaban muy buenos; el bistec me ha rejuvenecido. ¡Bendita seas tú, que siempre tienes ideas grandes! Eso de sorprenderme con dos botellas de Champagne prueba que en ti todo es noble, lo mismo el corazón que la cabeza. Dejaremos una botella para mañana, porque la economía es la primera de las virtudes; no, la segunda, que la primera es cuidarse bien.
Hallé afuera al galante Tarlein, muy entretenido con la condesa Elga, sin cuidarse de los lacayos que le observaban. ¡Qué diantre! dijo. No todo ha de ser conspirar y el amor reclama también sus derechos. Lo mismo digo contesté; y Tarlein me siguió respetuosamente.
El clérigo sonreía, con los ojos en el suelo, diciendo en voz baja: No la hagan ustedes caso. La señora marquesa es muy aprensiva. Verán ustedes cómo resulto en último grado de tisis. Padre, hay que cuidarse ... hay que cuidarse.... Usted trabaja demasiado.... Por el bien mismo de la religión debe usted cuidarse. Todos se apresuraban a aconsejarle con afectuoso interés.
En la República Argentina se ven a un tiempo dos civilizaciones distintas en un mismo suelo: una naciente, que, sin conocimiento de lo que tiene sobre su cabeza, está remedando los esfuerzos ingenuos y populares de la Edad Media; otra que, sin cuidarse de lo que tiene a sus pies, intenta realizar los últimos resultados de la civilización europea.
Arnoldo, hijo mío, tú el primero y á ver si te luces. ¿Ves el canalla aquel con la gorra roja? Pues á ensartarlo, antes de que disparen. Los tres arqueros nombrados, fija la mirada en la proa del barco enemigo, tendían lentamente la cuerda de sus enormes arcos, sin cuidarse ya de si los veían ó no los piratas.
Esa señora doña Voz pública, mi querida Gracia, se arroga hoy el lugar que ocupaban antes los bufones en las cortes de los reyes. Como ellos, dice todo lo que se le antoja, sin cuidarse de que sea cierto; así pues, doña Voz pública ha mentido, prima. Pues decía más añadió la condesa riéndose . Le daba a tu futura dos millones de duros de dote. Rafael se echó a reír.
Palabra del Dia
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