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Actualizado: 6 de septiembre de 2025
Cuidando al mismo tiempo de que los indios no anduviesen vagantes de unos pueblos a otros, y de restituir al que encontrasen fuera de su pueblo, sin licencia de su corregidor, para que lo corrigiesen en la forma que tuviese dispuesto el gobierno.
Don Luis apelaba a otro género de humildad cristiana para justificar a sus ojos lo que ya no quería llamar caída, sino cambio. Se confesaba indigno de ser sacerdote, y se allanaba a ser lego, casado, vulgar, un buen lugareño cualquiera, cuidando de las viñas y los olivos, criando a sus hijos, pues ya los deseaba, y siendo modelo de maridos al lado de su Pepita.
Describir cómo variaba los cortes de sus chalecos para que siempre pareciesen de moda, no es empresa de plumas vulgares. Decir con qué prolijo esmero cepillaba todas las mañanas sus dos levitas, y con qué amor profundo les daba aguardiente en la tapa del cuello, cuidando siempre de cogerlas con las puntas de los dedos para que no se le rompieran, es hazaña reservada á más puntuales cronistas.
Todos pasaban el contenido de los equipajes a los armarios y las perchas, cuidando después del arreglo de sus personas.
Después de haberse distraído pensando en esto, miró con atención a su interlocutor y le pareció que no veía con el mismo agrado aquellos bigotes sedosos que antes le gustaban tanto. ¡Ah! Huberto no tenía aspecto de fatigado, y no creía que fuera cuidando enfermos como se fatigaría nunca.
Bonis, que había caminado solo, detrás de doña Celestina, cuidando de que el pañuelo que cubría el rostro de Antonio, dormido, no se deslizara al suelo, no había tenido tiempo, mientras iba por las calles, para sentir la ternura grave y poética propia del caso; más bien recordaba después haber experimentado así como un poco de sonrojo ante las miradas curiosas y frías, casi insolentes y como algo burlonas, del público indiferente y distraído.
Me pasaba yo el día leyendo, escribiendo y cuidando del jardín. Las plantas que Angelina y yo habíamos sembrado prosperaban a maravilla; los rosales recobraban su lozano follaje; las violetas macollaban que era una gloria, y el cuadro de «no me olvides» parecía una alfombra de felpa.
Este empleo me facilitó la gracia, favor y benevolencia de muchos, porque en su distribucion no era muy escaso, pero cuidando que no faltase agua, y solo por ella tienen guerra los Sivisicosis con los vecinos. Dos dias estuvimos en este pueblo, y dudando si habiamos de pasar adelante ó volvernos, echamos suertes, y salió que prosiguiésemos.
Las «potencias hostiles» manteníanse alineadas a lo largo de la pared con una corrección militar, cuidando de no obstruir el paseo, para que todos apreciasen la diferencia entre unas gentes y otras.
Todo el día se lo pasaba Obdulia cuidando sus macetas, y tanto las regaba, que en algún momento faltó poco para que se hiciera preciso atravesar a nado el trayecto desde la salita al comedor. Ponte la incitaba con sus ponderaciones y aspavientos a seguir comprando flores, y a convertir su casa en Jardín Botánico, o poco menos.
Palabra del Dia
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