United States or Senegal ? Vote for the TOP Country of the Week !


Por hoy, con todo y para no pecar de prolijo, diré que en Málaga se conserva la tradición literaria, poética y erudita, a cuyo frente descuella en el siglo pasado el Marqués de Valdeflores, y a principio del siglo que va a terminar el elegantísimo poeta D. Juan María Maury.

Adiós tío: en adelante escribiré a Vd. a menudo y tan por extenso como me tiene encargado, si bien no tanto como hoy, para no pecar de prolijo. 28 de Marzo.

Que á los de señoria y excelencia Nuevos abrazos dió, razones dixo, En que guardó decoro y preeminencia. Entre ellos abrazó á DON JUAN DE ARGUIJO, Que no en qué, ó como, ó quando hizo Tan aspero viage y tan prolijo. Con él á su deseo satisfizo Apolo y confirmó su pensamiento, Mandó, vedó, quitó, hizo y deshizo.

Describir la confusión y bulla que allí reinaba fuera imposible; pintar la variedad de sus fachas, la movilidad de sus gestos y la comezón de hablar y reír que les poseía, fuera prolijo.

Más prolijo se muestra Figueroa al escribir sus ideas sobre esta materia en su Pasajero, pareciéndonos tan importante su opinión acerca del teatro español en cuanto se refiere á su carácter esencial, que nos vemos obligados á insertar sus palabras, curiosas en más de un concepto. La discusión se presenta en forma de diálogo.

No quiero pecar de prolijo ni ser tildado de jactancioso, y por eso no cuento aquí por menudo las cosas extraordinarias que en España hicimos. Te diré, no obstante, que fue mi cercano pariente aquel gran rabino de Toledo que redactó la exposición, y fue el primero en firmarla, dirigiéndose a Caifás y tratando de convencerle, para que no condenase al santísimo Hijo de María.

Fúndese, si alguna vez hay dinero, paz y humor para fundarle, y ya entonces daré yo los consejos que dejo en el tintero ahora por no pecar de prolijo.

El modelo, que se propone imitar casi siempre Montalbán, es indudablemente Lope de Vega. ¡Ojalá lo hubiese hecho siempre con formalidad y aplicación! ¡Ojalá que, conociendo plenamente las bellezas de su maestro, hubiera intentado apropiárselas! ¡Ojalá, por último, que hubiese trabajado con celo constante y prolijo esmero en perfeccionar sus facultades personales, y en imprimir en sus obras, con la atención y el empeño más sostenido, esa morbidez y plenitud artística que Lope de Vega imprimía en las suyas sin pensarlo siquiera!

Hacía días que había comprado entre otras fotografías obscenas la de una mujer desnuda meciéndose en una hamaca. Se le antojaba que la baronesa se parecía mucho a aquella mujer, y trataba de averiguar, por medio de un prolijo examen exterior, si interiormente guardaría la misma semejanza.

Además, si este trabajo prolijo, que ofrezco al público, contribuye tan sólo á despertar de nuevo la afición á la poesía española, aletargada hace largo tiempo, y á facilitar su más exacto conocimiento, será para , sin duda, una satisfacción y una recompensa.