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Actualizado: 20 de mayo de 2025


Me parece que no podrá ser... Además, yo me las acompañaba con guitarra... ¿No hay en casa alguna guitarra? se apresuró a preguntar el pollo, levantándose de su silla. A la guitarra que trajo Marta le faltaban dos o tres cuerdas y fue menester echárselas, en cuya operación se invirtió algún tiempo. Después se tardó también un poco en templarla.

Le pidió la bendición al que causaba la fiesta y, sin decirles su nombre, les declaró con franqueza que el nombre de Picardía es el único que lleva. Y para contar su historia a todos pide licencia, diciéndoles que en seguida iban a saber quien era. Tomo al punto la guitarra, la gente se puso atenta, y ansí cantó Picardía en cuanto templó las cuerdas: PICARDÍA

Además le habían dicho que un salón «distinguido» no está completo si carece de un piano, pero con cuerdas horizontales y la tapa á medio levantar. Y compró el valioso instrumento, sin esperanza de que llegase á la Presa un visitante capaz de utilizarlo.

Tañían una guitarra, Y ésta nunca salía fuera, Sino adentro, y en los blancos, Muy mal templada y sin cuerdas, Bailaba á la postre el bobo, Y sacaba tanta lengua Todo el vulgacho, embobado De ver cosa como aquella

Chazallon lo dice: «La ondulación de la marea en un puerto sigue la ley de las cuerdas vibrantesSentencia grave y de gran alcance, que nos da á entender que las relaciones de los astros entre , son las relaciones matemáticas de la música celestial, según afirmara la antigüedad.

Una treintena de indios é indias están sentados en el sajig; un indio templa las dobles cuerdas de metal de su guitarra, y un individuo del sexo fuerte y otro del débil, esperan que aquella esté á punto, teniendo la mujer sobre la cabeza una taza llena de vino de coco.

13 Y estaba cerca la Pascua de los judíos; y subió Jesús a Jerusalén. 15 Y hecho un azote de cuerdas, los echó a todos del Templo, y las ovejas, y los bueyes; y derramó los dineros de los cambiadores, y trastornó las mesas; 16 y a los que vendían las palomas, dijo: Quitad de aquí esto; no hagáis la Casa de mi Padre casa de mercado.

1044 Y aquellos años dichosos trataré de recordar; veré si puedo olvidar tan desgraciada mudanza, y quien se tenga confianza tiemple, y vamos a cantar. 1045 Tiemple y cantaremos juntos; trasnochadas no acobardan. Los concurrentes aguardan, y porque el tiempo no pierdan, haremos gemir las cuerdas hasta que las velas no ardan.

Había que evitar con cuidado burlarse de él o contrariarlo, porque entonces montaba en ira, apretaba los puños, las venas de las sienes se le hinchaban como cuerdas; y, cuando se ponía a jurar, todo el mundo temblaba y hasta los perros huían. N. del T. Su esposa era una mujer dulce, tranquila y sumisa. ¿Habría podido ser acaso de otro modo?

La voz de Santiago, al entrar por la mañana en su cuarto diciendo: «¡Hola, Juanito! arriba, hombre, no duermas tantosonaba en los oídos del ciego más grata y armoniosa que las teclas del piano y las cuerdas del violín. ¿Cómo se había trasformado en malo aquel corazón tan bueno?

Palabra del Dia

ciencuenta

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