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Actualizado: 20 de mayo de 2025


Una mañana.... Olvidaba decir que en la casa había una gran pieza interior que daba a un patio o corralón muy espacioso, de donde recibía el sol casi todo el día. En dicha pieza tendía Doña Paz la ropa lavada en casa. De muro a muro todo era cuerdas, y cuando estaban llenas de ropa, aquello parecía un bosque de trapos húmedos.

Descendían los murciélagos, y con sus alas hacían caer tierra de los agujeros del embovedado. Chillaban entre las columnas, como si revoloteasen en un bosque de piedra. En su ciego impulso, chocaban con las cuerdas de las lámparas o hacían bambolearse los capelos rojos con borlas polvorientas y deshilachadas que pendían a gran altura sobre las tumbas de los cardenales.

Dos robustos y estupendos rufianes le tenían bien cogido entre sus enormes manazas fuertes como el hierro, y Teletusa y Tiburcio, sin dejar de reír, le ataban de pies y manos con suma destreza y valiéndose de lienzos retorcidos a falta de cuerdas que por allí no había. ¡Matadme o soltadme para que le mate! gritaba Pedro Carvallo.

Se emplea entero y partido para cuerdas y en el amarre ó sujeción de cuanto pueda ser necesario, sin que en ningún caso deje de ser utilísima su aplicación. Su longitud es extraordinaria, pasando ordinariamente de 100 metros.

Su brazo era muy pequeño para alcanzar el extremo del mango. Tocaba al revés, pisando las cuerdas con la derecha y rasgueando con la izquierda, puesta la guitarra sobre las rodillas, boca y cuerdas hacia arriba.

Empero prosiguiendo esa idea loca se han descubierto muchas cosas bastante cuerdas, de gran utilidad para la ciencia, la geografía, la meteorología y para el estudio del magnetismo terrestre. ¿Qué se intentaba desde un principio? Abrirse un camino corto al país del oro, á las Indias orientales.

La voz de Santiago, al entrar por la mañana en su cuarto diciendo: «¡Hola, Juanito! arriba, hombre, no duermas tantosonaba en los oídos del ciego más grata y armoniosa que las teclas del piano y las cuerdas del violín. ¿Cómo se había trasformado en malo aquel corazón tan bueno?

Dos soldados de la Guardia Civil que tenían por letrero, civiles, estaban colocados detrás de un hombre, maniatado con fuertes cuerdas y la cara tapada con el sombrero: se titulaba el Pais del Abaká y parecía que le iban á afusilar. A muchos de nuestros visitantes no les gustaba la exposicion.

Venía una procesión de desnudos, todos descaperuzados, delante de mi tío; y él, muy haciéndose de pencas, con una en la mano, tocando un pasacalles públicas en las costillas de cinco laúdes, sino que llevaban sogas por cuerdas.

Yo los miro en este día como pétalos de rosa colocada en el altar de tu grandeza; como cuerdas de una lira colosal que, pulsada por el genio de la historia, suena un cántico real de sublimes resonancias, que venciendo las distancias publicando va tu gloria por los lindes del planeta...

Palabra del Dia

ciencuenta

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