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Actualizado: 29 de junio de 2025
La Memoria escrita por Federico sobre no sé qué, pasó desde la tribuna a la prensa, apareció en una Revista; el niño se creció; inscribiose en un círculo más nombrado; hízose oír; le aplaudieron. Primero hablaba y luego gritaba. Ensordecía los pasillos. Llegó a envanecerse con su facilidad de palabra, y a creerse un Moret, un Gabriel Rodríguez.
La afición á los espectáculos dramáticos creció de tal manera, que hasta en las iglesias y conventos se representaron piezas profanas, y que los grandes y potentados, no contentos con asistir á los teatros públicos, quisieron también tenerlos en sus palacios.
Creció la efervescencia republicana mientras que trascurría el primer invierno revolucionario; al acercarse el verano subió más grados aún el termómetro político en la Fábrica. En el curso de horas de sol, sin embargo, decaía la conversación, y entre tanto la atmósfera se cargaba de asfixiantes vapores y espesaba hasta parecer que podía cortarse con cuchillo.
Pero se quedó mirando por el quicio de la puerta y su escándalo creció cuando vió que su señora y el joven caballero se asían tiernamente de las manos, y que el caballero se atrevía á dar un beso á su señora. ¡Oh, qué hermoso y qué gentil vienes, mi don Juan! dijo doña Clara, mirando arrobada al joven . Y cómo se conoce la ilustre sangre que te alienta.
Yo con esto, por no desmentirle, di muy bien la lección aquella mañana. Sentábame el maestro junto a sí; ganaba la palmatoria los más días por venir antes, e íbame el postrero por hacer algunos recaudos de "señora", que así llamábamos a la mujer del maestro. Tenialos a todos, con semejantes caricias, obligados. Favoreciéronme demasiado, y con esto creció la envidia entre los demás niños.
Con su asistencia y pertinacia alcanzaron al fin lo que pretendian, porque los Griegos después de largos siete meses de sitio, creció en ellos el desprecio de sus enemigos, y al mismo paso el descuido de guardarse. Las centinelas eran pocas, y esta no muy ordinarias.
Si la ves, dile que mande por sus cuatro pingos y por los papelotes de su padre». Y en efecto, al anochecer del 12, Isidora mandó por su equipaje. ¡Temblad, humanos!..., ¡ponía casa! El furor de D.ª Laura creció, y en ella chocaban las palabras con las ideas y las ideas con las palabras, como las olas de un mar embravecido.
Butrón bailó con Currita, la marquesa con Fernandito, Juanito Velarde, como presentado de la heroína, con la duquesa de Astorga, una de las mujeres más sensatas y honradas que figuraban en la corte. Creció la marejada al compás de aquel rigodón, comenzando a sublevarse los pudores de todas las que se creían con derecho a tomar parte en aquella honorífica cuadrilla.
»Con que ya ven ustedes cómo así, a lo tonto a lo tonto, ha venido sobre mi asilo el pan de cada día. La suscripción fija creció tanto que al año pude tomar la casa de la calle de Alburquerque, que tiene un gran patio y mucho desahogo. He puesto una zapatería para que los muchachos grandecitos trabajen, y dos escuelas para que aprendan. El año pasado eran sesenta y ya llegan a ciento diez.
Supimos por la gente de las naves, las discordias que, estando nosotros ausentes, habian nacido entre Diego de Abreu, sevillano, capitan, y Francisco de Mendoza, á quien el general dejó por capitan de la gente. Diego de Abreu intentaba privarle del gobierno, y resistiendo D. Francisco de Mendoza, creció el odio de suerte que, habiéndose alzado Abreu con el gobierno, hizo matar á Mendoza.
Palabra del Dia
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