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Actualizado: 16 de noviembre de 2025
Alzó la cabeza al sol fundente de mediodía e insistió en que no galopara un momento. Almorzó en seguida y subió. Los perros, que en la mañana no habían dejado un momento a su patrón, se quedaron en los corredores. La siesta pesaba, agobiaba de luz y silencio. Todo el contorno estaba brumoso por las quemazones.
Si se tiende la mirada del lado del Escalda, se ve en primer término la línea inmensa de los muelles de la márgen derecha, donde reina un gran movimiento de marineros, carreteros, comisionistas, corredores, etc., ocupados en la carga y descarga de centenares de vapores y buques de vela atracados á los muelles, y en las diversas operaciones propias del comercio y la navegacion.
Pero, ¡cuán distantes de la realidad habrían quedado estos intentos sin la ayuda del espejo de los corredores, Estupiñá el Grande! ¡Lo que aquel santo hombre andaba para encontrar huevos frescos en gran cantidad...! Todos los polleros de la Cava le traían en palmitas, y él se daba no poca importancia, diciéndoles: «o tenemos formalidad o no tenemos formalidad.
«Con que no lo olvides... Preséntate en cualquier estudio, y eres un hombre. Con tu piojín a cuestas, serías el San Cristóbal más hermoso que se podría ver. Adiós, adiós...». Más escenas de la vida íntima i Saliendo por los corredores, decía Guillermina a su amiga: «Eres una inocentona... tú no sabes tratar con esta gente. Déjame a mí, y estate tranquila, que el Pituso es tuyo. Yo me entiendo.
Y abrió la puerta, entró, encendió una lámpara y salió á los corredores sin hablar con Dorotea, que estaba replegada y llorando en un rincón. El tío Manolillo recorrió y examinó minuciosamente la parte alta de aquel departamento. A nadie encontró por más que registró todos los escondrijos. Vamos dijo , sería el viento. Y siguió adelante hacia su vivienda.
En otro lugar de la misma obra añade: «Y assí no son las casas de Sevilla tan altas como las de Castilla la Vieja, porque de ser la ciudad tan húmeda y caliente, de industria las edifican sus moradores algo bajas, á fin de que las entren mejor los aires y desta causa abiertas y en Patios y Corredores.
Junto á Puente Régia supo Berenguer que Calo Juan venia, y el número y calidad de sus fuerzas, y aunque en lo primero se juzgó por muy inferior, en lo segundo le pareció que aventajaba á su enemigo, y así resolvió de hechar su gente en tierra, y recibir á Calo Juan, que avisado tambiem por sus corredores, como Berenguer con su gente habian puesto el pié en tierra, apresuro el camino, temiendo que no se retirasen, porque nadie pudiera creer, que ricos y llenos de despojos quisieran los nuestros aventurarse sino forzados.
No vagaban sin rumbo bajo los largos corredores de la Casa de Gobierno, buscando aquí y allá una oficina desconocida, como cualquiera 19 viuda que busca pensión, empleo para un jovencito que es una monada, o beca para una señorita joven pero honrada; no señor, ellas iban seguras a su objeto, serenas, tranquilas, y no necesitaban indicaciones ni lazarillos.
Al llegar al piso principal, Aldea, espiado siempre por Lázaro, cruzó los pasillos desiertos, y atravesando la galería que separaba las habitaciones del duque de las de su esposa y su hija, penetró en una sala, ala cual afluían dos grandes corredores, uno que conducía al cuarto de la duquesa, y otro que llevaba al de Josefina.
Se estaban subastando en aquellos momentos los bienes de los alemanes residentes en Francia, embargados por el gobierno. Era como una respuesta al viaje forzoso que habían hecho los muebles del castillo de Villeblanche tomando el camino de Berlín. En vano le hablaban los corredores del escaso público que asistía á las subastas.
Palabra del Dia
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