Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 18 de mayo de 2025
Y llegarás tú también a ser un hábil pescador y... Un grito estridente que venía de la playa le cortó la palabra. ¡Cooo-mooo-eee! ¡Mil truenos! exclamó el Capitán, arrugando la frente . ¡El instinto no me engañaba! ¿Es el grito de los trépang? preguntó Hans. Los trépang no gritan. ¿Es, acaso, algún otro animal? dijo Cornelio. Peor todavía. Es el grito de alarma de los australianos.
El australiano, que no debía ignorar el efecto de las armas de fuego, retrocedió precipitadamente, y, plantando con resolución el chuzo en la arena, dijo: Pronto nos volveremos a ver. Después, dando un gran salto, se alejó a toda prisa, desapareciendo detrás de las rocas que rodeaban la bahía. ¡Que te devoren los perros salvajes! le gritó Van-Horn. ¿Volverá? preguntó Cornelio.
Es cierto, Cornelio, y por eso abundan tanto allí las construcciones coralíferas. Y basta ya de preguntas, curioso. Aprovechemos la tranquilidad que reina en este atol y tratemos de dormir algunas horas. Tenemos necesidad de descanso. La tempestad no cesó en toda aquella noche.
Entre tanto, Hans y Cornelio se habían precipitado hacia los otros para obligarles a huir en las chalupas; pero aquellos desgraciados ni atendían a razones ni llegaban a comprender el tremendo peligro en que estaban. Uno solo, menos ebrio que los demás, se apresuró a ganar una de las chalupas; pero los demás siguieron jugando, bebiendo, cantando o durmiendo.
Tenían más de una vara de largo y como media de ancho, y no pesaría menos de un quintal cada una de ellas. Estos animales están acorazados exclamó Cornelio, que los examinaba con curiosidad. Y su coraza está hecha a prueba de hacha, sobrino dijo el Capitán. ¿Y cómo hay aquí estas tortugas? Me han dicho que sólo viven en el mar, tío.
¡Ya lo creo! ¡Y qué pan, señor Cornelio! dijo el piloto . Seréis el hornero, y nosotros los amasadores. Quiero ver ese milagro. Y yo dijo Hans. Ante todo busquemos para acampar un sitio más seguro y oculto dijo el Capitán . Los aires de estos lugares no son buenos para nosotros, y nos conviene un sitio donde podamos trabajar sin temor de que nos molesten. ¡Valor, muchachos!
D. Agustin Pinedo, se dijo: Que se conforma con el voto del Sr. D. Cornelio Saavedra, con el mismo aditamento de que tenga voto decisivo el Sr. Síndico Procurador. Por el Sr. D. Mariano Larrazabal, se dijo: Que igualmente se conforma con el voto del Sr. D. Cornelio Saavedra, y que precisamente tenga voto decisivo el Sr. Síndico Procurador. Por el Sr.
¡Ah, tío! exclamó Cornelio . ¡Nunca he experimentado emoción semejante! ¡Sentí que me faltaban las fuerzas! No me sorprende. Estas serpientes dan miedo hasta a los tigres. Tú, acuéstate y descansa, Lu-Hang; y nosotros trabajemos antes de que nos pille la noche. Van-Horn, repuesto ya de su susto, emprendió con gran actividad el trabajo que tenía entre manos y que había suspendido.
D. Cornelio Saavedra, Teniente Coronel y Comandante del primer batallon de Patricios; el Sr. D. Cristoval de Aguirre, vecino y de este comercio; el Sr. D. Pedro Andres Garcia, Teniente Coronel y Comandante del batallon de infantería número 4; el Sr. D. Francisco Antonio Ortiz de Ocampo, Teniente Coronel y Comandante del batallon de infantería número 3; el Sr.
En el agua parecen tener alguna consistencia; pero en la mano se reducen a una finísima membrana incolora. Una medusa que pese una arroba en el agua se reduce a unas dos onzas fuera de ese elemento. ¿Y dices, tío, que las hay más grandes aún? preguntó Cornelio. ¡Colosales!
Palabra del Dia
Otros Mirando