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Actualizado: 11 de junio de 2025


Por este motivo, cuando se trata de convencer á otros, es preciso separar cuidadosamente la causa de la verdad de la causa del amor propio: importa sobre manera persuadir al contrincante de que cediendo, nada perderá en reputacion.

Era el contrincante de Guillermo Fenton un apuesto caballero, joven y vigoroso en apariencia, cuya lanza dió en el escudo del inglés tan recio golpe que lo partió en dos, á tiempo que la acerada lanza de Fenton le atravesaba la garganta, derribándolo moribundo.

Las ideas, cuando parecían luminosas, se repetían indefinidamente y en tono cada vez más elevado, a fin de que se grabaran profundamente en el cerebro del contrincante. ¡Es que todas las religiones tienen sus milagros!

Después de fijar con una rama el sitio de cada adversario, se hizo atrás, contemplando el terreno como un artista que abarca su obra en conjunto. Resultaba algo desigual. Uno de los dos iba a quedar muy en alto, con el vientre casi al nivel de la cabeza de su contrincante. Pero había de conformarse con los defectos del terreno: las circunstancias no permitían gran minuciosidad en los preparativos.

A Gonzalo le hacía mucha gracia este resabio de su contrincante; y una noche, mientras se ahogaba el pobre hombre «meeroodeeando» a obscuras en el huero caletre media docena de palabras al acaso, acercose el otro con gran sosiego a Verónica, y, en el tono menos gangoso que pudo, le dijo al oído con mucha formalidad: No te alarmes, chica; pero es indudable que ese sujeto tiene planes siniestros contra ti.

Sonrióse el arquero, y de pronto se lanzó sobre su contrincante con la velocidad del rayo, rodeó con su pierna la de Tristán y enlazándole la cintura con sus nervudos brazos, procuró hacer caer de espaldas al gigante.

Tomaba la proposición del adversario, y en un dos por tres, con ultrajante sonrisa, se la hacía picadillo bajo aquella arte cisoria de la dialéctica que él manejaba de asombrosa manera; pero si al dejar caer su conclusión el contrincante no se declaraba vencido tornábase al pronto injurioso y mordaz, el labio se le crispaba hacia fuera, los ojos se le hinchaban de cólera, y era sabido que aquella mano, que dejaba caer la bendición desde el altar, había zamarreado del alzacuello a más de un eclesiástico.

Su contrincante le esperaba en la taberna, para beber juntos como buenos camaradas. Y se lo llevaron, rodeándolo respetuosamente, como un testimonio de su gloria, con los mismos honores que una bandera cogida al enemigo. Aresti volvió á la plaza. Comenzaba á obscurecer; la gente se había esparcido por las calles inmediatas, agolpándose á las puertas de las tabernas.

La composición misma de la palabra nos viene á demostrar lo que decimos: Ka es una partícula prefija que convierte al radical á que se une en nombre sustantivo, dándole una significación de compañía, como ocurre en español con la partícula con ó com en compañero, compadre, contrincante, etc. etc.

Es hombre más entrado en días que su contrincante: representa bien unos doce años, y tiene fisonomía dulce, apacible y ruborosa donde se refleja un alma creyente y sumisa. Continúa el orador describiendo con rasgos magistrales el carácter de Pérez, y pasa después a lamentarse con acento patético de que aquél no crea en la procedencia del género humano de una sola pareja.

Palabra del Dia

rigoleto

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