United States or Moldova ? Vote for the TOP Country of the Week !


El barón y sus jefes se reunieron ante los cuatro estandartes de su fuerza, que eran el de las armas inglesas, el de Morel y los de Butrón y Merlín, enseña este último de unos sesenta arqueros del país de Gales. ¿Véis, barón, aquella hermosa bandera bordada de oro que ondea al frente de las otras? preguntó Fenton.

En vos confío, Fenton, dijo el barón. Si Dios nos protege hemos de vernos reunidos otra vez aquí antes de una hora. ¡Adelante! Montó el barón el blanco caballo de Don Diego de Álvarez, y salió tranquilamente de su escondite seguido de sus tres compañeros.

Ahí tenéis á los señores de Neville, Cosinton, Gourney, Huet y Tomás Fenton, hermano del canciller Guillermo. Fijaos bien en aquel caballero de la nariz aguileña y roja barba, que pone la mano sobre el hombro del capitán de moreno rostro, dura mirada y modesto traje. Bien los veo, dijo el barón.

Un arquero de la guardia me ha dicho que el príncipe quería romper una lanza, pero que sus consejeros no se lo han permitido, porque habrá más de combate que de torneo, tal están que arden los señores gascones. Por lo pronto tenemos á Chandos. Su Alteza le ha prohibido tomar parte en la próxima justa. Chandos será juez del campo, en unión de Sir Guillermo Fenton y el duque de Armagnac.

Atónito el de Morel ante tamaño desplante, averiguó que el señor de Butrón se sentía ofendido por no haber figurado su nombre entre los cinco elegidos y se proponía pedir cuenta de aquel desacato á Chandos y Fenton.

Tomar posiciones en aquella altura y vender caras nuestras vidas, ó salvarlas si nos llegan refuerzos. La más alta de aquellas colinas, de difícil subida por todos lados y con una planicie bastante extensa en la cumbre, nos ofrece una admirable fortaleza natural. Dad, Fenton, la orden de marcha sin perder momento. Conservad, señores, vuestros caballos, pero que abandonen los suyos los soldados.

Señor de Fenton, dijo, he resuelto intentar no pequeña empresa y os he elegido para mandar á nuestros soldados en una salida y sorpresa al campamento castellano. Antes saldré yo con dirección al centro del campo, con sólo mi escudero y dos arqueros. Caed sobre el enemigo cuando me veáis llegar á la tienda del rey.

No tardó en presentarse el rechoncho caballero, rojo de indignación, con la inaudita noticia de que acababa de enviar un cartel de desafío á los señores de Chandos y Fenton, cancilleres del ducado de Aquitania y á quienes el príncipe encomendara la elección de los caballeros que con tanto lucimiento sostuvieron el honor de las armas inglesas en el torneo de la víspera.

Largas fueron las deliberaciones del consejo, y aunque Fenton y Burley sostuvieron que la misión de la vanguardia quedaba bien cumplida por entonces, pues habían averiguado la posición y número del enemigo, y que era temeridad continuar allí con sólo cuatrocientos hombres, entre un ejército de sesenta mil y un caudaloso río, prevaleció la opinión del señor de Morel y otros caballeros, que no querían repasar el Ebro sin ver á un solo enemigo ni intentar hazaña ó aventura por arriesgada que fuese.

¡Habla, villano! ¿Qué significa ese rumor? preguntó en buen castellano el señor de Fenton al tembloroso guía. ¡Ya dónde estamos! exclamó éste. El ejército acampa en aquel valle. Salgamos de esta cañada y desde esa altura que á la izquierda queda veréis las tiendas del rey.