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Actualizado: 9 de mayo de 2025


Por esto me congojo y me lastimo De verme solo en pie, sin que se aplique Arbol que me conceda algun arrimo. Yo estoy, qual decir suelen, puesto á pique Para dar á la estampa al gran Persiles, Con que mi nombre y obras multiplique. Yo en pensamientos castos y sotiles, Dispuestos en soneto de á docena, He honrado tres sugetos fregoniles.

Don Juan, perseguido por la justicia á causa de la muerte de su rival, ruega al padre de Doña María, amigo del suyo, que le conceda un asilo en su casa, escondiéndose en una habitación oculta para escapar más fácilmente; pero Don Diego es pariente del difunto y debe vengar su muerte; Don Luis es causante también de mayor discordia por sus celos de Don Diego, y por las sospechas que tiene de su hermana y de Don Juan; en una palabra, los resortes contrarios que concurren en esta fábula, son tan numerosos, que parece imposible su conciliación; pero el poeta, gran maestro en el arte de desarrollar un argumento, combina de tal modo todos los hilos de esta urdimbre, que, cuando el enredo es más complicado y parece imposible su desenlace, nos presenta éste de repente de la manera más natural y satisfactoria.

Que me conceda un poco de amistad, será todo lo que yo merezca. Que me sufra en su casa como a un padre y yo encontraré en un rincón de mi corazón sentimientos paternales. Ella es desgraciada, llora el abandono de Villanera; yo la consolaré. La esperanza de volver a verla le producía fiebre.

- leyera -dijo el cura-, si no fuera mejor gastar este tiempo en dormir que en leer. -Harto reposo será para -dijo Dorotea- entretener el tiempo oyendo algún cuento, pues aún no tengo el espíritu tan sosegado que me conceda dormir cuando fuera razón. -Pues desa manera -dijo el cura-, quiero leerla, por curiosidad siquiera; quizá tendrá alguna de gusto.

Estoy en la de una persona de toda respetabilidad, hasta tanto que no se me conceda el más cordial beneplácito para unirme ante Dios al que ya es dueño de mi libertad. Si este mi deseo vivísimo les merece una respuesta favorable, diríjanmela por el correo, que yo cuidaré de recogerla en la lista.

Serenándose al instante, repuso: No se trata aquí de más autoridad que de la autoridad de la razón. Para darte el consejo, válganme la amistad y el cariño que tengo á tu persona y á los de tu familia: para que le aceptes ó le deseches, no pretendo que valga sino el ingenio, que pido á Dios me conceda, para llevar el convencimiento á tu alma.

La muchacha corrió ligera a vestirse. Pues como indiqué a usted, señora condesa... dije, reanudando mi interrumpida conferencia diplomática. Haga usted cuenta de que no ha indicado nada, caballero. Todo es inútil. Si el objeto de su visita es traerme recados o proposiciones de la condesa, puede usted retirarse. La señora condesa se apresura a conceder a usted... No quiero que me conceda nada.

Pide á Dios me conceda sueño tranquilo y dulce con que reposar pueda, que la torne viva mi espíritu á inflamar. Borra todas mis culpas con tu aliento inocente, y que á su beso quede mi corazon doliente puro como la piedra del ara del altar. DON JOS

Esté usted segura de que el día en que le conceda la mano de su hija, se habrá acabado todo entre él y la señora Chermidy. Llevará a su mujer a Italia; yo les acompañaré y usted también, y si Dios tiene a bien hacer un milagro, seremos tres para ayudarle, señora duquesa.

Tristán clavó en ella sus ojos con expresión colérica. Me estás probando de esa forma dijo con acritud que mis recelos no son infundados. Desde hace algún tiempo parece que todo el mundo pone empeño en hacerme comprender que debo estar no sólo satisfecho sino muy agradecido a que se me conceda tu mano.

Palabra del Dia

abisinia

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