Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 14 de septiembre de 2025


8 Y José conoció a sus hermanos, pero ellos no le conocieron. 9 Entonces se acordó José de los sueños que había soñado de ellos, y les dijo: Espías sois; por ver lo descubierto de la tierra habéis venido. 10 Y ellos le respondieron: No, señor mío; mas tus siervos han venido a comprar alimentos. 12 Y él les dijo: No; a ver lo descubierto del país habéis venido.

Necesitaba comprar algo, poca cosa... Pero con el tiempo..., cuando ella saliera de su destierro social, ¡qué gusto ir de tienda en tienda, mirar todo, escoger, esto tomo, esto dejo, pagar, mandar llevar a casa el objeto comprado, volver al día siguiente...! Entró en una tienda de paraguas a comprar una sombrilla. ¡Le pareció tan barata!... Todo era barato.

A ser ella interesada o de temperamento fácilmente inflamable, pronto hubiera sucumbido: su salvación estuvo, por entonces, en que ni la deslumbraba el brillo del oro, ni la imaginación se le exaltaba hasta poner en peligro su castidad; antes al contrario, aquella larga serie de acometidas bruscas, en que sin poesía ni delicadeza trataron de comprar barata su belleza, concluyó por darle asco.

Peor resultado dió todavía el bastón de estoque que D. Juan Crisóstomo tuvo á bien comprar. El furor del Canelo, cuando se hizo cargo de que el licenciado había adquirido un nuevo bastón, no tuvo límites. Era una ofensa que sólo podía lavarse con sangre. Fué menester que Pedro le machacase á golpes y después le atase para conseguir apaciguarlo.

Esa morada oscura, ese castillo viejo y ruinoso, eso que parece más bien la barraca de unos pescadores, es el local de la Municipalidad de Paris: el locutorio de los paisanos ó del pueblo, le parloir aux bourgeois. La Municipalidad quiso entonces mejorar de vivienda, y resolvió comprar la casa de la Greve.

Allí permanecía confundido en el grupo de curiosos que atisbaban las caras hermosas, y lo mismo abrían paso a las señoritas que volvían de misa con el devocionario en la mano, que echaban piropos a las criadas emperejiladas, que, doblándose al peso de las cestas, metíanse entre la varonil barrera para comprar un mazo de flores. ¡Qué bien se estaba allí!

Aguántate por ahora, Polidura, que con mi Juliana no se juega: le tengo más miedo que a una leona con hambre... Y cuéntame, ¿qué has hecho hoy?... ¡Ah! ya no me acordaba: mi madre quiere comprar una araña... ¡Una araña! , hombre, o lámpara colgante para el comedor. Me ha dicho si sabemos de alguna buena y vistosa, de lance...

Era gran cazador, y en Venerie había mucha caza, lo que le había determinado a comprar aquel dominio, para no tener que alquilar cacería por un lado o por otro, todos los años.

Enemigo irreconciliable de las abstracciones tratándose de asuntos tan serios, iba aplazando la boda mientras no viese algo más concreto. Finalmente, aquella mañana, el maestro carpintero se había humanizado y le prometió diez mil pesetas para comprar la participación que su tío tenía en el comercio y quedarse él solo con el negocio de las harinas.

Para comprar un pavo, las familias más refractarias al ahorro consagran desde noviembre algunos cuartos a la hucha. ¿Cómo podían faltar los de Relimpio a esta tradicional costumbre?

Palabra del Dia

embaucando

Otros Mirando